lunes, 25 de mayo de 2020

MODELO AGROEXPORTADOR EN ARGENTINA, BRASIL, MÉXICO, PERÚ Y CUBA


ARGENTINA: EL “GRANERO DEL MUNDO”


Hasta el siglo XVIII la economía de la actual argentina generaba un único recurso exportable: el cuero. Los gauchos salían a las Pampas a hacer “vaquerías”, es decir, a matar cientos de vacas con el único propósito de quitarles el cuero. El cadáver del animal quedaba en el campo a disposición de los animales carroñeros.

A partir de 1810 surgieron en Buenos Aires los saladeros, que permitían conservar la carne por mucho tiempo salándola y fabricando el charqui. Esta carne salada se consumía localmente pero fue un fracaso como producto de exportación masivo, ya que los consumidores europeos la rechazaban.

En tiempos de Rosas comienza un gran desarrollo de la cría de ovejas, porque estaba aumentando la demanda europea de lana. La cría de la oveja requirió de varias transformaciones: llegaron algunos inmigrantes desde Irlanda, que eran expertos en la “esquila” (el corte de la lana de la oveja sin lastimarla), y se trajeron animales de Europa para cruzarlos con los criollos logrando una lana de mejor calidad.

Recién la segunda mitad de la década de 1870, Argentina pudo comenzar a exportar trigo y carne.

Para lo primero fueron necesarias muchas transformaciones: afianzar la paz interna y el control de las tierras, construir infraestructura (carreteras, puertos, ferrocarriles, alambrar los campos), e importar trabajadores desde Europa.

Para lo segundo fue necesario que se desarrollara en Europa una tecnología que permitiera congelar la vaca muerta y llevarla a Europa.

En el último cuarto del siglo XIX, y si bien el cuero y la lana se siguieron exportando, las estrellas de la economía agroexportadora argentina serán la carne y el trigo. Algunas producciones regionales, como la vitivinícola en la zona andina, el azúcar en torno a Tucumán, y la actividad forestal en el noreste, tendrán una relevancia muy inferior. 
 Vacas y trigo

La elite argentina comenzará a llamar al país, gran exportador de alimentos, “el Granero del mundo”.

Estos modelos generaban un crecimiento muy desparejo, tanto desde el punto de vista social como geográfico.

Desde el primer punto de vista, los dueños de la tierra, los estancieros pampeanos,  amansaron fortunas fabulosas, pero los trabajadores rurales y los pequeños propietarios van a vivir una realidad muy distinta.

Desde el punto de vista geográfico, Argentina sufrirá una transformación muy profunda en un abanico de territorios que, partiendo desde la ciudad de Buenos Aires, comprendía la llanura pampeana en jurisdicción de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. Allí habrá una auténtica modernización de la vida y las ciudades, que lograrán incorporar lo mejor de la tecnología europea de la época, pavimentando calles, instalando energía eléctrica, gas, agua corriente, cloacas, trenes, tranvías y subtes (esto último en la ciudad de Buenos Aires). Sin embargo, otras zonas del país, menos importantes para la economía exportadora, vivirán como siempre, o peor.

Va a ser muy típico de estos años, no sólo en Argentina sino también en otros países, un crecimiento en forma de enclaves, de zonas acotadas que crecen y se modernizan en medio de un área rural y a veces también urbana que se mantiene en una realidad totalmente distinta.


BRASIL: DEL AZÚCAR AL CAFÉ Y EL CAUCHO


“A lo largo del siglo XIX, la estructura productiva de Brasil se modificó profundamente. La región del nordeste, que había sido el eje dinámico de la economía colonial, fue desplazada primero por la región de Río de Janeiro y, en la segunda mitad del siglo XIX, por la de San Pablo. Esta zona se convirtió en el centro de la producción de café. Entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la región amazónica experimentó una brillante pero fugaz etapa de auge económico vinculada a la extracción del caucho.


El declive del azúcar


Durante gran parte de la época colonial, las plantaciones azucareras de la región del nordeste de Brasil, que empleaban mano de obra esclava proveniente de África, fueron las principales abastecedoras de azúcar del mercado europeo. Pero durante la primera mitad del siglo XIX, el agotamiento de los suelos y las dificultades para proveerse de mano de obra debido al fin de la trata de esclavos decretada por Gran Bretaña en 1807, dificultaron la continuidad del ciclo del azúcar, que inició una lenta decadencia.


La producción de café


 Granos de café todavía en la planta
La producción de café para la exportación se expandió inicialmente en la región de Río de Janeiro, gracias a que la proximidad con el puerto facilitaba el transporte del producto desde el lugar de origen hasta el punto de embarque hacia Europa.

LA expansión del café fue constante durante todo el siglo XIX y, para la década de 1850, el producto se había expandido desde la Región de Río de Janeiro hasta la de San Pablo, dónde había condiciones más favorable de suelo y de clima. En San Pablo había aún una gran disponibilidad de tierras, lo que permitió la incorporación de nuevos terrenos a la producción. Las HACIENDAS CAFETALERAS se estructuraron entonces a partir de la gran propiedad.

Inicialmente, los dueños de estas haciendas recurrieron a la mano de obra esclava. Sin embargo, el fin de la trata de esclavos fue un obstáculo insalvable. Por esa razón, los productores de café favorecieron la alternativa de la inmigración europea, situación que se intensificó tras la abolición de la esclavitud en 1888.


Un ciclo efímero: la fiebre del caucho
 Teatro del Amazonas, en Manaos



A partir de 1890 se desarrolló el ciclo del caucho, obtenido de la savia de un árbol silvestre de la selva amazónica. Gracias al elevado precio de éste producto, requerido para la fabricación de neumáticos, los comerciantes y los empresarios locales –llamados “BARONES DEL CAUCHO”- amasaron cuantiosas fortunas. Con estas riquezas, las autoridades del Estado de Amazonas proyectaron un ambicioso plan urbanístico en la capital del Estado, la ciudad de Manaos, en medio de la selva. Así, Manaos contó con luz eléctrica, sistema de agua corriente, alcantarillas y edificios importantes, como el Teatro de la öpera y el Palacio de Gobierno.

Sin embargo, ese furor se disipó cuando, debido al contrabando de la semilla del caucho a Malasia y Ceilán, el Amazonas perdió la exclusividad de la producción mundial. Entonces los precios se derrumbaron y a partir de la década de 1930 Manaos comenzó una larga decadencia.


CUBA: EL CULTIVO DE LA CAÑÁ DE AZÚCAR


Hasta fines del siglo XVIII, la colonia francesa de Santo Domingo fue la principal proveedora mundial de azúcar. Pero el violento proceso de emancipación haitiano (1804) provocó una profunda crisis del sistema productivo. A partir de entonces se produjo un importante desarrollo del cultivo de la caña de azúcar en Cuba. La Independencia de los Estados Unidos fue otro de los factores que favorecieron esa expansión, ya que el creciente mercado estadounidense dejó de proveerse de las colonias inglesas del Caribe y comenzó a comprar azúcar cubana.
 Caña de azúcar

Hasta la primera mitad del siglo XIX la producción azucarera se organizó en INGENIOS.

Estas unidades productivas donde no sólo se cultivaba la planta, sino que también se llevaba a cabo el procesamiento completo de la caña, desde la obtención del jugo hasta la producción de cristales de azúcar, que finalmente se exportaban. Los ingenios utilizaron mano de obra esclava. Los esclavos trabajaban en el cultivo de la caña así como en su procesamiento, por lo que estaban ocupados durante todo el año.


Del ingenio al central


En la segunda mitad del siglo XIX comenzó  a desarrollarse en Cuba un proceso de tecnificación del procesamiento de la caña de azúcar. A partir de ese momento, los equipos manuales utilizados en los ingenios fueron sustituidos por máquinas más modernas que requerían trabajadores calificados y-desde principios del siglo XX- fuentes de energía eléctrica. A partir de entonces, el cultivo el procesamiento del azúcar se dividieron. Por un lado, el central se convirtió en el lugar de procesamiento de la caña, y por otro lado, su cultivo pasó a realizarse exclusivamente en tierras destinadas para ese fin. La nueva maquinaria y la instalación de los equipos requirieron una alta inversión de capital e implicaron el desmantelamiento casi total de las viejas máquinas y de los edificios de los ingenios. Los centrales incrementaron la cantidad de azúcar obtenida de la caña y aceleraron los tiempos de molienda. Si bien en un comienzo las inversiones que dieron origen a los centrales provinieron de empresarios cubanos, después de la separación de España, en 1898, aumentaron enormemente las inversiones estadounidenses.

El cambio tecnológico modificó la provisión de la mano de obra. La esclavitud ya no era viable, no sólo por el fin de la trata, sino porque en el nuevo sistema los trabajadores agrícolas tenían prolongados períodos de desempleo. Como ya no resultaba rentable tener esclavos, estos fueron reemplazados por trabajadores asalariados. Esa mano de obra fue provista por ex esclavos, españoles, chinos y trabajadores de otras regiones del Caribe.



MÉXICO: DIVERSOS PRODUCTOS PARA LA EXPORTACIÓN


A diferencia de Cuba (monocultivo) o Brasil (preponderancia de la producción de una región en el esquema agroexportador), en otros países, como en México, no hubo una producción preponderante, por lo que las regiones desarrollaron diversos productos para la exportación. En esos países se habla de la existencia de una canasta diversificada de productos.

Este tipo de economías pudo enfrentar más exitosamente la caída eventual o prolongada de los precios de los artículos primarios en el mercado internacional.


 Arriba: el henequén y lo que se fabrica con él

La inserción de las distintas regiones


La región norte de México vivió el crecimiento de las actividades mineras, a la vez que la ganadería se vio beneficiada por la presencia de grandes extensiones de tierra que, por su aridez, no eran aptas para la agricultura. En el Estado de Sonora, en la región noreste del país, se desarrolló una importante producción de legumbres a partir de la implementación de importantes sistemas de riego. El destino final de esta producción era el expansivo mercado del sudoeste de los Estados Unidos.

La región de Yucatán, en el sur del país, experimentó un incremento de las plantaciones de henequén, que era utilizado para producir hilo sisal, muy demandado por las industrias estadounidenses. Hacia finales del siglo XIX, el descubrimiento de petróleo en la región del Golfo de México implicó una diversificación aún mayor de las exportaciones.

El desarrollo de la economía agroexportadora significó, a su vez, una importante expansión del mercado interno. La región central, alrededor del Valle de México, experimentó una expansión de las haciendas azucareras que producían para el mercado interno. Estas haciendas incrementaron su producción mediante la incorporación de los terrenos que los campesinos utilizaban para obtener alimentos destinados a su propio consumo.



PERÚ: LA ALTERNANCIA DE DISTINTOS CICLOS PRODUCTIVOS


Perú representa el caso típico de un país que a lo largo del siglo XIX experimentó distintos ciclos productivos determinados por la demanda que se generaba en los países centrales.

En una primera fase, que comenzó alrededor de la década de 1840, Perú se insertó en el mercado mundial por medio de las exportaciones del guano, obtenido en el litoral y en las islas del Océano Pacífico. Esto introdujo profundas modificaciones en el sistema comercial peruano, ya que los viejos comerciantes del período colonial fueron desplazados por nuevos sectores, principalmente de origen británico, que controlaban la exportación.
El guano (del quechua wánu, 'abono')​ es el sustrato resultante de la acumulación masiva de excrementos de murciélagos, aves marinas y focas en ambientes áridos o de escasa humedad.


El ciclo del guano fue seguido por el ciclo de los nitratos, que eran obtenidos en el sur de la costa peruana. El nitrato pronto se convirtió en el principal producto de las exportaciones de este país, ya que, al ser uno de los componentes básicos de la pólvora, fue crecientemente demandado por las naciones de Europa y por los Estados Unidos, que pasaban por una etapa de fuerte competencia armamentista.

A partir del fin de la Guerra del Pacífico (luego de la cual los más importantes depósitos de nitrato pasaron a manos chilenas), se desarrolló una nueva etapa que estuvo caracterizada por una mayor participación en el comercio exportador de las distintas regiones del país. La zona de la Sierra proporcionaba principalmente lana y metales, como oro, plata y cobre; la región de la costa se caracterizó por la producción de algodón y azúcar; la región del Amazonas peruano participó a principios del siglo XX del auge de la explotación del caucho."(1)


Así se junta el caucho


(1): Todo el texto excepto la parte sobre Argentina está tomado de:  Carrozza y otros: La Argentina, América Latina y Europa entre fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XX, Santillana, 2010, pags. 202 a 205.

CONSIGNAS:

1- ¿Cuáles fueron los distintos productos que exportó Argentina en los siglos XVIII y XIX?
2_ ¿Cómo cambió la sociedad y las ciudades de la época? ¿Fue igual en todos lados?
3-¿Cuáles fueron los ciclos productivos de Brasil?
4- Leé el texto sobre Cuba, elegí 8 frases que reflejen ideas prncipales del mismo, y copialasen tu carpeta.
5- ¿Qué características tenían las distintas regiones productivas de México?
6- ¿Cuál fue el panorama exportador en Perú?
7- PARA INVESTIGAR: ¿Qué es una economía de ENCLAVE?.  Aplicá ese concepto al caso de la ciudad de Manaos, capital de los Barones del Caucho.

martes, 19 de mayo de 2020

EUROPA SE LANZA AL OCÉANO


Las carabelas de Colón
EL COMERCIO CON ORIENTE

Desde la Edad Antigua grecoromana, los europeos compraban productos asiáticos, tal como seda, pimienta, canela, clavo de olor y otros.  
Estos productos se originaban en países de Asia Oriental, como China –a la que llamaban Cathay-, la India, y las islas del sudeste asiático que hoy llamamos “Indonesia” y “Filipinas”. Los europeos sabían poco de estos países, cuyos productos llegaban a Europa en caravanas organizadas por mercaderes asiáticos. Había varias rutas, que combinaban transporte terrestre y marítimo, y que terminaban en puertos asiáticos del Mar Mediterráneo o el Mar Negro, en donde mercaderes europeos, generalmente italianos, los compraban y los transportaban a Europa. La más famosa de estas rutas era la llamada “Ruta de la Seda”, que arrancaba en el centro de China  y, tras atravesar las montañas, praderas y desiertos del Asia Central, terminaba en puertos del Mediterráneo o el Mar Negro.
Ruta de la Seda

Los orientales no compraban productos europeos, por lo que Europa debía siempre aportar oro o plata a cambio de estas mercaderías que llegaban de “Oriente”,  de las “Indias” como llamaban en Europa, con escasos conocimientos geográficos, al este de Asia.
En el siglo XV-XVI la expansión del Imperio turco otomano en el Asia Occidental y la península balcánica, fue complicando esta ruta para los europeos, que se veían obligados a pagar altísimos impuestos, y los llevó a buscar otras rutas que les permitieran llegar a Oriente, a las “Indias”, sin pasar por los territorios otomanos.

CÓMO ERA EL MUNDO PARA UN EUROPEO DEL SIGLO XVI

Los europeos de 1490 sólo conocían Europa y las costas del Mediterráneo. No sólo desconocían la existencia de continentes enteros como América, Oceanía y Antártida, sino que tampoco tenían muy claro hasta dónde se extendía África por el sur (en algunos mapas la hacían llegar hasta el polo) ni tampoco qué forma o tamaño, ni a qué distancia estaban, países para ellos fabulosos, casi mitológicos, del Oriente, como Cathay (China), Cipango (Japón) o las Indias (concepto donde se englobaba India, Indochina y las islas del sudeste asiático).
Pensaban que el “Océano” (como llamaban al  Atlántico) era un mar que rodeaba todas las tierras emergidas y se extendía hasta China y las Indias. La idea de una Tierra esférica, que ya habían postulado científicos griegos de tiempos de Alejandro Magno, como Eratóstenes y Tolomeo, era generalmente aceptada, pero se discutía mucho cuáles eran las dimensiones de la Tierra.
Quienes se basaban en los cartógrafos que seguían a Eratóstenes, imaginaban una Tierra de las dimensiones reales, que tenía un Océano gigantesco que ocupaba el espacio que realmente ocupan el Atlántico, el Pacífico y América. Un Océano que ocupaba más de la mitad del globo terráqueo y que por lo tanto era imposible de atravesar con los barcos de la época.



Mapas del italiano Toscanelli (1474)
Quienes seguían a Tolomeo (entre los que se encontraban los cartógrafos favoritos de Colón), pensaban en una Tierra mucho más chica, en la cual China se ubicaría más o menos en el espacio que hoy ocupa Estados Unidos.

Mapa de Martin Behaim previo a los viajes de Colón

EXPLORANDO EL OCÉANO

Cuando en el siglo XV-XVI los europeos empezaron a plantearse la necesidad de nuevas rutas con Oriente, surgieron tres ideas fundamentales.
Algunos pensaron en rodear Eurasia por el norte, pero pronto encontraron que los hielos del Ártico eran un obstáculo infranqueable. Los vikingos habían logrado, a partir del siglo X, llegar por esos mares a Groenlandia y a algunas islas del actual Canadá, pero de esos viajes se sabía poco y nada en Europa, y los territorios encontrados por estos audaces navegantes del norte no eran demasiado atractivos.

Con unos barquitos de aspecto frágil, los drakkar o barco dragón, y los snekkar o serpiente, los vikingos fueron el terror de los mares durante buena parte de la Edad Media. Con uno de ellos Erik el Rojo llegó a Groenlandia en 982.
Portugal comenzó a comienzos del siglo XV la titánica tarea de explorar las costas africanas con la idea de rodear a ese continente por el sur. En esta tarea fue muy importante la labor del Príncipe Enrique el Navegante. 

Nao portuguesa, una de las naves típicas de los exploradores lusitanos.
La empresa portuguesa fue muy lenta, porque los lusitanos exploraban la costa tramo por tramo, hacían mapas de la zona, y entablaban relaciones comerciales con los pueblos que la habitaban. Finalmente en 1498 los navíos de la corte portuguesa, comandados por Vasco Da Gama, lograron llegar a la India, y comenzaron a instalar allí un poderoso Imperio comercial.

Vasco Da Gama
La tercera ruta fue la ideada por Colón, navegante de origen aparentemente italiano que logró que la reina de Castilla le financiara una expedición para cruzar el Océano y llegar a las Indias. Colón seguía las ideas de Tolomeo y de cartógrafos que pensaban que la Tierra era más chica. Tanto más chica que cuando llegó el 12 de octubre de 1492 a las islas Bahamas (al norte de Cuba) llamó a sus habitantes “indios” pues pensó que se encontraba en las costas de la India.


Cristóbal Colón encuentra en Bahamas a los "indios"
Colón fracasó, porque jamás llegó a Asia, pero en 1519-20, Fernando Magallanes, navegante portugués al servicio de los reyes españoles, logró atravesar América por el estrecho que lleva su nombre, cruzó el Pacífico, y llegó a un archipiélago asiático al hoy llamamos “Filipinas”. Magallanes demostró que la idea de Colón de llegar a Oriente navegando hacia Occidente, era posible.

CONSIGNAS:
1- Hacé una breve explicación del comercio de Europa con Oriente previo a Colón. 
2- ¿Cómo pensaban los europeos que era el mundo antes de que Colón concretara sus viajes?
3- a)Mirá el segundo y tercer mapas de Toscanelli. Lo que está a la izquierda representa las costas de China, Corea, Filipinas, Japón e Indonesia. Comparalo con un mapa real y marcá similitudes y diferencias; b) Hacé lo mismo con el hemisferio derecho del mapa de Behaim, que representa la misma parte de Asia.
[1 es China, 2 es Japón, 3 es India y 4 es Filipinas e Indonesia]

4- ¿Qué rol tuvieron los portugueses en esta etapa de descubrimientos?
5- ¿Por qué decimos que Colón estaba equivocado y fracasó?
6-PARA INVESTIGAR: Buscá información sobre la presencia vikinga en Groenlandia y Canadá a partir del siglo X.