2 marzo, 2020
Existen numerosas pruebas sobre los efectos perjudiciales en
la salud y el ambiente que produce el glifosato, el herbicida más utilizado en
la agricultura argentina. Y el daño puede resultar aún más peligroso si entra
en contacto con arsénico, un químico presente de forma natural en el agua y el suelo de amplias zonas
fumigadas. Cuando ambos componentes se juntan, se potencian y las consecuencias
pueden ser gravísimas.
El docente de la Universidad Nacional del Litoral e
investigador del Conicet, Rafael Lajmanovich, analiza desde hace más de 20 años
el impacto de los agroecosistemas y los agroquímicos sobre la fauna silvestre
de anfibios. Los últimos meses los dedicó, junto a un grupo de científicos, a
estudiar el efecto del glifosato con el arsénico y concluyó en que son un combo
nocivo.
Los investigadores descubrieron que en los lugares donde se
combinan los componentes se produce disrupción hormonal (aumento en la
concentración de hormonas tiroideas), mayor proliferación celular (aumentan su
tasa normal de división celular) y genotoxicidad (daño en el material
genético). Ante un mayor daño genético, crecen las probabilidades de contraer
enfermedades como el cáncer y malformaciones.
Para el estudio se utilizaron anfibios como modelos
experimentales, ya que comparten hasta el 80 por ciento de los genes humanos
asociados con enfermedades genéticas.
El trabajo experimental consistió en la demostración de la
sinergia entre ambos componentes. Esto es que si la toxicidad del glifosato es
100 y la del arsénico es 100, cuando se juntan se potencian y la toxicidad es
de 300 o más. La segunda etapa fue una medición de efecto crónico, de un mes,
expuesto a dosis que se pueden encontrar en escenarios naturales. El resultado
fue el daño genético y alteración hormonal.
“No hay dudas sobre el daño que generan”
Sobre las conclusiones de la investigación, Lajmanovich
remarcó que «no hay dudas» del efecto nocivo del glifosato. Por un lado, están
las víctimas de las fumigaciones con agrotóxicos; por otro, precisa que existen
«1079 trabajos científicos de todo el mundo que lo dicen, muchos de ellos de
científicos de universidades públicas de Argentina y del Conicet, indexados y
accesible en Medline».
Los científicos están convencidos de que ya se hizo todo
para comprobar los perjuicios, el problema es que es un tema con intereses
económicos y políticos muy difícil de resolver. Hasta la Organización Mundial
de la Salud clasificó como «probable cancerígeno» al glifosato.
La investigación fue publicada en la revista científica
Eliyon, de la prestigiosa editorial internacional Elsevier, de Reino Unido. El
título de la investigación es «Primera evaluación de nuevos efectos sinérgicos
potenciales del glifosato y mezcla de arsénico». Lleva la firma de otros siete
investigadores. Paola Peltzer, Andrés Attademo, Candela Martinuzzi, María
Fernanda Simioniello, Carlina Colussi, Ana Paula Cuzziol Boccioni y Mirna
Sigrist.
La situación en Argentina
Desde que en 1996 comenzaron a utilizarse en Argentina las
semillas genéticamente modificadas resistentes a herbicidas, el uso de
glifosato creció año tras año. Hoy unas 25 millones de hectáreas están
sembradas con soja, maíz o algodón genéticamente modificado. En esas zonas, se
utilizan alrededor de 250 millones de litros de glifosato por año.
Esta cifra convierte a la Argentina en el país que consume
la mayor cantidad de glifosato por habitante por año. Más allá de la polémica
con las empresas productoras de este herbicida acerca de los efectos nocivos
que tiene para la salud humana, lo cierto es que, en marzo de 2015, la OMS
incluyó a esta molécula dentro de la lista de sustancias probablemente
cancerígenas.
El glifosato es muy utilizado sobre todo en zonas con exceso
de arsénico como Santiago del Estero, Chaco, Salta y Entre Ríos, hasta Buenos
Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe. Se calcula que alrededor de cuatro
millones de personas que viven desde el centro hacia el norte del territorio
están afectadas por esta situación.
El arsénico, en tanto, está presente de forma natural en
niveles altos en las aguas subterráneas de varias regiones. La Argentina es uno
de los 12 países del mundo con más concentración de arsénico en el agua. Más de
4 millones de personas viven en nuestro país en una zona con agua contaminada
con arsénico en riesgo de contraer cáncer o sufrir daños irreversibles en sus
órganos vitales.
Por Lucas Viano @LucasViano
REDACCIÓN PENSAR SALUD
redaccion@pensarsalud.com.ar
Publicado en:
https://www.ospat.com.ar/blog/glifosato-y-arsenico-un-combo-peligroso-en-el-campo-argentino/
CONSIGNAS:
1-¿Qué daños produce el glifosato?
2-"En Argentina el uso del glifosato está prohibido". SI-NO ¿Por que?
3-¿Qué elementos científicos avalan los daños que produce el glifosato solo o combinado con arsénico?
4-¡Dónde y por qué se utiliza mucho este elemento tan nocivo en la Argentina?
5-¿Quién debería combatir el uso de glifosato? ¿El Estado? ¿Los particulares? ¿Por qué?
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