EL CANAL DE PANAMÁ:
El interés de encontrar un paso que vinculara el Atlántico
con el Pacífico estuvo presente desde el descubrimiento de este último océano
por Vasco Núñez de Balboa, a comienzos del siglo XVI. Mientras la tecnología
careció de recursos para construirlo, los navegantes debieron conformarse con
el lejano Estrecho de Magallanes y el todavía más distante Cabo de Hornos.
En la segunda mitad del siglo XIX ya existía la posibilidad
de encarar una obra de esa naturaleza, como lo había demostrado la construcción
del Canal de Suez en la década de 1860. Para realizarlo fueron propuestos los territorios de Nicaragua y
Panamá y las potencias más interesadas fueron Gran Bretaña, Francia y los
Estados Unidos (especialmente después de la conquista de California y el
descubrimiento de oro en ese territorio). Finalmente, se decidió realizarlo
atravesando Panamá, obra que demoró cerca de cuarenta años:
·
1878: Se
firmó el tratado Salgan-Wise por el cual Colombia otorga a una empresa francesa
la construcción de un canal por el istmo de Panamá. Director de la obra:
Ferdinand de Lesseps, el constructor del Canal de Suez.
·
1879: Un protocolo adicional garantiza la
libertad de tránsito
·
1889: Después de ocho años de trabajo quebró la
Compañía Universal del Canal de Panamá.
·
1894: Se forma la Compañía nueva del Canal de
Panamá, también de capitales franceses. No logra reunir los fondos necesarios.
·
1898: El presidente norteamericano McKinley
Afirma que el futuro canal debe ser controlado por los Estados Unidos.
·
1901: LA compañía francesa, imposibilitada de
continuar con las obras, transfiere sus derechos y maquinarias a financieros
norteamericanos.
·
1914: El canal es inaugurado, bajo el control de
los Estados Unidos
A comienzos del siglo XX Panamá era parte de Colombia, con
la que había mantenido una conflictiva relación, desde su integración
voluntaria a ese país, en 1821: en 1831 se produjo un movimiento secesionista,
reprimido por el ejército colombiano, y entre 1840 y 1855 se repitieron
intentos separatistas. Finalmente, en 1902 Panamá se constituyó en un Estado
independiente. De inmediato fue reconocido por los Estados Unidos; casi al
mismo tiempo, el nuevo gobierno panameño les otorgó a perpetuidad una estrecha
franja de tierra a lo largo de la cual se construyó el canal. De esta manera,
esa vía estratégica desde el punto de vista económico y militar quedó bajo el
control norteamericano.
Como en Cuba, una clausula de la constitución panameña
permitía la intervención norteamericana en caso de disturbios internos; con
esto, Panamá se constituyó en un protectorado de los Estados Unidos.
EL PANAMERICANISMO:
Como hemos visto, las pretensiones de los Estados Unidos en
Hispanoamérica se expresaron a través de la Doctrina Monroe (1823) y la idea
del DESTINO MANIFIESTO (1845), que desde su formulación constituyeron los ejes
fundamentales de su política en la región.
La guerra contra México (1845-48), en la que ese país perdió
una parte importante de su territorio, fue una clara muestra de su vocación
expansionista; sin embargo, recién a fines de
ese siglo la política exterior norteamericana se mostró dispuesta a
imponer su hegemonía al conjunto de nuestros países.
El paso inicial en ese sentido fue la convocatoria de la
PRIMERA CONFERENCIA INTERNACIONAL AMERICANA, que se reunió en Washington por
iniciativa del Secretario de Estado norteamericano James G. Blaine. La misma
sesionó entre el 2 de octubre de 1889 y el 19 de abril del año siguiente y
consideró temas como la unidad del sistema de pesas y medidas, la posibilidad
de una moneda común, la unión aduanera y las reducciones arancelarias. Estos
asuntos muestran el interés económico de los Estados Unidos, que buscaba
reservarse mercados más extensos para la expansión de sus crecientes industrias
e inversión de sus capitales. Esa reunión significó el punto de partida del
PANAMERICANISMO, que fue la política oficial de los Estados Unidos hacia la
región en las décadas siguientes.
Desde el punto de vista de sus organizadores, los resultados
de esta prolongada conferencia fueron escasos o nulos, ya que la única medida
práctica que encontró consenso fue la organización de una Unión Postal. Tan
escasa cosecha se debió a la oposición de los países participantes, a lo que se
sumó la división en la misma representanción norteamericana que exhibió puntos
de vista contrapuestos.
LA POSICIÓN ARGENTINA EN LA PRIMERA CONFERENCIA PANAMERICANA
Roque Sáenz Peña y Manuel Quintana, los representantes argentinos en la
Primera Conferencia Panamericana. Figuras de primera línea de la época,
ambos serían Presidentes
En esa oportunidad la Argentina estuvo representada por Roque Sáenz Peña y Manuel Quintana –personajes importantes que luego desempeñarían la presidencia de la Nación-, los que se opusieron sistemáticamente a cada una de las iniciativas del país anfitrión. Esta postura evidenció que el interés fundamental de nuestro país se orientaba hacia Europa, en especial Gran Bretaña; en esta línea, Sáenz Peña contrapuso al lema de la Doctrina Monroe, ‘América para los americanos?, otro más amplio: ‘América para la humanidad’.
La posición de nuestros representantes no era de ninguna manera caprichosa: mientras
que los ingleses eran los más importantes compradores de nuestra producción
agropecuaria, especialmente de nuestra carnes vacunas, la economía
norteamericana no necesitaba de esos insumos y protegía celosamente el acceso a
los mismos a través de prohibiciones y elevados aranceles. A partir de estos
hechos, la representación argentina rechazó el proteccionismo norteamericano y
su pretensión de reservar el área latinoamericana para sus empresas, y defendió
los principios librecambistas que permitían una relación provechosa con los
ingleses.
Recién después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918)
comenzó a declinar la influencia británica en nuestra economía ( y en el mundo
en general), en tanto que aumentó la importancia económica y financiera norteamericana. No obstante, no
sería sino después de 1930, y, especialmente, en la segunda posguerra, que los
yanquis desalojaron totalmente a sus parientes británicos. Aún en esa época,
los gobiernos argentinos de la Década Infame (1932-43) y el primer peronismo
(1946-55) rehusaron acercarse demasiado a los Estados Unidos.
CONFERENCIAS PANAMERICANAS Y AGRESIONES A LOS PAÍSES DEL
ÁREA:
A partir de la primera conferen cia, en 1889, las reuniones
panamericanas se realizaron con cierta periodicidad. Curiosamente, estas
reuniones, que se presentaban como parte de una política de acercamiento entre
todos los países del continente, coincidieron con las frecuentes intervenciones
norteamericanas en Centroamérica y el Caribe:
·
1901:
SEGUNDA CONFERENCIA, en MÉXICO. Casi simultáneamente, el gobierno de los
Estados Unidos aplicaba en CUBA la llamada ENMIENDA PLATT, que lo facultaba a
intervenir en la política interna de ese país, que fue durante varias décadas
un protectorado norteamericano de hecho. En 1903, Panamá –recientemente
segregado de Colombia, con apoyo norteamericano- entregaba a los yanquis el
control del canal interoceánico a construirse en la zona. En 1904, el
presidente T. Roosevelt enunció su COROLARIO A LA DOCTRINA MONROE, que tenía el
mismo sentido en toda el área. En 1904 y 1905 los marines intervienen en Santo
Domingo y en Costa Rica, en defensa de los intereses de sus empresas y
connacionales.
·
1908: TERCERA CONFERENCIA, en RIO DE JANEIRO.
Simultáneamente, Cuba era ocupada nuevamente para sofocar una insurrección
popular contra la imposición de un presidente por parte de los norteamericanos.
·
1910: CUARTA CONFERENCIA, en BUENOS AIRES. Ese
mismo año tropas norteamericanas invadieron Nicaragua y luego Haití (1915-33),
México (1916), República Dominicana y nuevamente Cuba (1916), Costa Rica y
Nicaragua por tercera vez (1917), Panamá (1918), Honduras (1919) y Guatemala
(1920).
·
1923: QUINTA CONFERENCIA, en SANTIAGO DE CHILE,
Un año más tarde, se produjo un cuarto desembarco en Nicaragua.
·
1928: SEXTA CONFERENCIA, en LA HABANA. Poco
después se produjo otra invasión a Guatemala .
·
1933: SÉPTIMA CONFERENCIA, en MONTEVIDEO.
Estados Unidos interviene nuevamente en Cuba para colaborar, en este caso, en
el derrocamiento del gobierno de Grau San Martín.
Augusto Sandino (1895-1934), "General de hombres libres",
enfrentó a los marines en Nicaragua durante años.
enfrentó a los marines en Nicaragua durante años.
[…]En las siguientes Conferencias
Panamericanas los países participantes se comprometieron cada vez más con las
líneas de la política exterior de los Estados Unidos, guardando silencio ante
lo golpes de Estado impulsados por los norteamericanos y las intervenciones
directas del país del norte en la región.
Intervenciones de los marines en el Caribe
ENDEUDAMIENTO EXTERNO: UN
PROBLEMA CRÓNICO
Empréstitos impagos; nuevos
empréstitos para pagar los intereses de los anteriores; endeudamiento crónico
acumulado a lo largo de muchos años: esta es la historia financiera de la
mayoría de los países latinoamericanos. En el caso de Venezuela, su
endeudamiento provocó la intervención de varios países europeos a lo que se
agregó la del gobierno norteamericano, celoso de su poder de policía en la
región.
En 1902 Venezuela interrumpió los
pagos de su deuda externa, originando la intervención naval conjunta de Gran
Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Holanda. La rápida respuesta
norteamericana paralizó la acción militar y el reclamo de la deuda fue derivado
al Tribunal Internacional de La Haya. En los años siguientes continuaron los
problemas con las potencias: en 1906 se produjo la ruptura de relaciones de
Venezuela con Francia; en 1908 con los Estados Unidos.
LA DEUDA EXTERNA LATINOAMERICANA:
El endeudamiento externo,
acompañado de periódicas negociaciones y moratorias, es una vieja historia
latinoamericana. Los primeros empréstitos fueron contraídos en la década de
1820, cuando varios países obtuvieron capital en Londres, Paris Hamburgo,
Amsterdam y Rotterdam; los préstamos más
importantes fueron británicos, situación que se mantuvo por lo menos hasta
1918. Nos informa el economista Alberto Acosta:
‘En Gran Bretaña, de 1822 a 1825,
se emitieron bonos por más de veinte millones de libras esterlinas en doce
emisiones, destinadas a la Gran Colombia (6.75 millones), México (6.4
millones), Brasil (3.2), Perú (1.8), Argentina (1), Chile (1) y Centroamérica
(0.16). A estos créditos se los conoció como deuda inglés, porque años más
tarde en la capital británica se constituyó el Consejo de Tenedores de Bonos –a
más de los comités británicos existían asociaciones alemanas y francesas que
participaban en las discusiones-, organización que, por sus objetivos e
inclusive por su forma de actuar, puede ser considerada como un germen de las
que en la actualidad agrupan a los acreedores internacionales: Club de París
para los gobiernos acreedores o los comités de gestión para la banca privada
internacional.
Deseosos de obtener mercados para
sus productos industriales y de oportunidades de inversión para sus capitales,
los británicos celebraron Tratados de Amistad, Comercio y Navegación con
nuestros países , los que en los hechos representaron un reconocimiento de su
independencia política. Estos acuerdos parecían anunciar una etapa económica
brillante que sin embargo demoró varias décadas en concretarse. Las primeras
moratorias latinoamericanas ocurrieron en 1825-26, cuando Argentina, Chile, México,
Perú, la Gran Colombia y la Federación de Centroamérica no pudieron hacer
frente a sus obligaciones con los acreedores externos.
Como han determinado los
economistas que se han ocupado de este tema. Las alternativas de la deuda
externa latinoamericana están asociadas directamente a los períodos de auge y
depresión de la economía capitalista en general. Junto a las clases dirigentes
de nuestros países –ávidas de obtener préstamos a veces con propósitos poco
honestos- se encontraron siempre los centros financieros de los países
centrales, deseosos de encontrar una ubicación redituable para sus capitales.
Además, el endeudamiento crónico fue una manera de condicionar nuestro
desarrollo económico en el sentido conveniente a los intereses externos.
Gran Bretañá, por ejemplo, logró
a través de sus préstamos abrir nuestros mercados y aumentar su influencia
política sobre las nacientes repúblicas sudamericanas; no es casual, entonces,
que los grandes intereses industriales, comerciales y financieros de aquel país
impulsaran el reconocimiento político de los estados hispanoamericanos. De esta
manera, la deuda externa jugó durante el siglo XIX un gran papel en la
conformación del modelo primario exportador, ya que muchos empréstitos e
inversiones directas permitieron el desarrollo de la infraestructura necesaria
para la exportación: ferrocarriles, puertos, frigoríficos, explotaciones
mineras. El mismo sentido de mantener nuestra dependencia económica ha tenido
desde entonces el endeudamiento externo.
Entre 1860 y 1873, se produjo un
nuevo ciclo de crecimiento de la economía mundial, acompañado por nuevas
contrataciones de créditos. Del mismo modo, en 1873 y 1890 se produjeron crisis
económicas con los consiguientes ceses de pagos de la deuda externa. No
obstante, los acreedores siempre encontraron medios para cobrar concesiones de
servicios públicos, explotación de recursos naturales y hasta cesiones
territoriales. Como último recurso les
quedó el uso de la fuerza, desplegaron a través de varias agresiones militares
a países latinoamericanos. En algunos países de Centroamérica y el Caribe, los
norteamericanos procedieron a la ocupación militar y al cobro de sus créditos
controlando los ingresos aduaneros. Cerrando el ciclo de la economía primaria
exportadora la crisis económica mundial de 1930 produjo una serie de moratorias
en cadena.’
DOS RESPUESTAS A LAS AGRESIONES
EUROPEAS: EL COROLARIO ROOSEVELT A LA DOCTRINA MONROE Y LA DOCTRINA DRAGO
La agresión sufrida por
Venezuela, por parte de varios países europeos que pretendieron el cobro
compulsivo de obligaciones impagas de la deuda externa, originó dos posiciones
distintas: la del presidente norteamericano Theodore Roosevelt y la del
canciller argentino Luis María Drago. El primero convalidó en cierta manera la
conducta de las potencias europeas, en tanto que el diplomático de nuestro país
propuso prohibir la utilización de la fuerza como medio para lograr el cobro de
obligaciones contraídas por los Estados.
Theodore "Teddy" Roosevelt
El presidente de Estados Unidos
precisó, el 6 de diciembre de 1904:
‘Si una nación demuestra que sabe
proceder con eficiencia razonable y de modo decente en los asuntos sociales y
políticos, si mantiene el orden interior y paga sus obligaciones, no necesita
la interferencia de Estados Unidos. Las equivocaciones crónicas o la impotencia
pueden requerir la intervención en América […] puede forzarnos al ejercicio de
la policía internacional’
Un año más tarde, en uno de sus
mensajes anuales, Roosevelt anunció que no se opondría a las acciones
represivas de los países europeos en Latinoamérica, dejando de lado la
aplicación de la ‘doctrina Monroe’ (cosa que Estados Unidos ya había realizado
en varias oportunidades anteriores):
‘Si una república al sur de
nosotros comete un desatino contra una nación extranjera… la doctrina Monroe no
nos ha de forzar a intervenir para impedir el castigo de tal desatino, salvo
para impedir que el castigo no asuma, de ninguna manera, la forma de una
ocupación territorial’
Como señala Javier Peña, estos
dos discursos de Roosevelt ‘servirán de justificación a la política
imperialista yanqui que se traducirá en intervenciones en Panamá, Cuba,
Nicaragua, Haití y Santo Domingo. La política del ‘Gran Garrote’ –‘Hablar
suavemente teniendo un gran garrote en la mano’- iba a constituir la política oficial
del gobierno norteamericano durante las primeras décadas del siglo.
OTROS NOMBRES, UNA POLITICA
PARECIDA:
Los sucesores de Roosevelt
pusieron otros nombres a la política exterior norteamericana, sin modificar
demasiado su esencia agresiva e intervencionista: así ocurrió con la DIPLOMACIA
DEL DÓLAR, de William Taft (1909-1913), y con Thomas Woodrow Wilson
(1913-1920), que combinó un discurso pacifista con la intromisión permanente en
Centroamérica y el Caribe; también ocupó el puerto de Veracruz, en México, y
tomó partido en las luchas internas que se producían en ese país, además de
embarcar a los norteamericanos en la Primera Guerra Mundial, a partir de 1917,
lo que le valió el honor de ser el presidente con más intervenciones en el
exterior de la historia de su país.
Woodrow Wilson
Con las presidencias de Warren
Harding (1921-1923), Calvin Coolidge (1923-1929) y Hervert Clark Hoover
(1929-1933) el país pareció querer retomar el ‘aislacionismo’ […]. Sin embargo,
la magnitud de los intereses económicos norteamericanos en el mundo hizo
imposible esta posición, implicando a Estados Unidos en situaciones
conflictivas en todo el mundo”. (1)
NOTAS:
(1): Texto tomado de: Recalde y
otros: “Argentina y Latinoamérica I”, Aula Taller, 2005, pags. 316 a 321
CONSIGNAS:
1- A)¿Por qué era tan importante para Estados Unidos construir un canal interoceánico?; B)¿Cuál fue la participación de Francia y Colobia en esa cuestión?
2- ¿Cómo surgió el Estado panameño?
3- ¿Qué era y cómo surgió el panamericanismo?
4- ¿Cuál fue y en qué estuvo motivada la oposición argentina a EE.UU. en dichas conferencias?
5- ¿Era pacífica la actitud de los Estados Unidos hacia América Latina?. Fundamentá
6- A)¿Por qué les convenía a los países industrializados prestarle a América Latina?; B) ¿Cuáles eran los riesgos del endeudamiento? -ejemplificá con los casos de Venezuela y los países del Caribe-
7- Explicá el corolario Roosevelt a la doctrina Monroe, y la doctrina Drago.
CONSIGNAS:
1- A)¿Por qué era tan importante para Estados Unidos construir un canal interoceánico?; B)¿Cuál fue la participación de Francia y Colobia en esa cuestión?
2- ¿Cómo surgió el Estado panameño?
3- ¿Qué era y cómo surgió el panamericanismo?
4- ¿Cuál fue y en qué estuvo motivada la oposición argentina a EE.UU. en dichas conferencias?
5- ¿Era pacífica la actitud de los Estados Unidos hacia América Latina?. Fundamentá
6- A)¿Por qué les convenía a los países industrializados prestarle a América Latina?; B) ¿Cuáles eran los riesgos del endeudamiento? -ejemplificá con los casos de Venezuela y los países del Caribe-
7- Explicá el corolario Roosevelt a la doctrina Monroe, y la doctrina Drago.