Acta de la Independencia de las
Provincias Unidas en la América del Sud.
Redactada en español y en quechua.
9 de julio de 1816
“Pero, mi patria, ¿es acaso el barrio en que vivo, la casa en que me alojo, la habitación en que duermo? ¿No tenemos más bandera que la sombra del campanario? Yo conservo fervorosamente el culto del país en que he nacido, pero mi patria superior es el conjunto de ideas, de recuerdos, de costumbres, de orientaciones y de esperanzas que los hombres del mismo origen, nacidos de la misma revolución, articulan en el mismo continente, con ayuda de la misma lengua”
Manuel Ugarte
Discurso pronunciado en Lima el 3 de mayo de 1913.
Histórica Casa de Tucumán, donde se realizó el Congreso de 1816
El año 1810 fue complicado para los países hispanoparlantes. En España reinaba una gran confusión, ya que Napoleón había encarcelado a Fernando VII e instalado en Madrid a José Bonaparte, rey cuya legitimidad fue justamente cuestionada por los españoles. La resistencia popular española al rey francés se tradujo en la formación de juntas populares que gobernaban en nombre del rey detenido por los franceses. A mediados de 1810 todo parecía perdido para la causa española. Los núcleos de resistencia se apagaban, y el dueño de Europa amenazaba con transformarse, definitivamente, en el nuevo mandamás de la península ibérica.En medio de esta confusión, muchas capitales latinoamericanas convocaron Cabildos Abiertos cuestionando a las autoridades virreinales. Buenos Aires, Santiago de Chile, Quito, Caracas, Bogotá vivieron el desplazamiento de la autoridad española y su reemplazo por una Junta elegida por los “vecinos” -españoles y criollos de buena posición económica-. Todas estas juntas tuvieron una composición muy diversa (la de Buenos Aires incluía dos españoles, Larrea y Matheu). Todas juraron en nombre del rey preso, Fernando VII de Borbón.
Los argentinos recordamos el 25 de mayo de 1810 como una de nuestras principales fechas patrias, lo que genera no poca confusión porque muchos la identifican con la independencia, objetivo que no se concretó hasta mucho después, hasta la declaración realizada en San Miguel de Tucumán un 9 de julio de 1816. Las confusiones que arrastramos en torno a esas fechas son muchas y justificables, porque fueron tiempos de dudas e incertidumbre .
Los acontecimientos de mayo de 1810 se enmarcan en una verdadera guerra civil que estaba atravesando el Imperio Español entre aquellos que deseaban el mantenimiento del absolutismo monárquico y quienes preferían un gobierno con participación “popular” (más o menos numerosa, según los casos). En este conflicto político había españoles y americanos en ambos bandos, lo que explica que hubiese españoles que integraban la junta, así como insignes oficiales del ejército realista que eran americanos (Los generales realistas Goyeneche y Pío Tristán , por ejemplo, eran peruanos). La idea de la independencia estaba presente en algunas mentes preclaras (Simón Bolívar, Mariano Moreno, Francisco Miranda, Manuel Belgrano, entre otros), pero no era el tema central para la mayoría de los participantes. Esto explica que nuestras autoridades fueran tan reacias a declarar la independencia o adoptar una bandera durante tanto tiempo -en Buenos Aires se usó la bandera española hasta 1815-.
La segunda polémica pasa por el carácter nacional o continental del proceso de independencia. En realidad las actuales nacionalidades son un fenómeno muy posterior a 1810. En esa fecha, los habitantes de estas tierras se identificaban con su “pago”, con la ciudad en la que habían nacido, y como americanos o españoles americanos, pero no existían las modernas fronteras y nacionalidades. Para un habitante de Tucumán era tan“extranjero” un nativo de Buenos Aires como uno de Lima, un oriundo de Córdoba como uno de México. Esto explica porqué fue tan fácil para nuestros dirigentes actuar en “países” diversos como si fueran el propio, ya que dichos “países” aún no existían. El porteño Manuel Dorrego fue una figura importante en la rebelión chilena de 1810, así como el tucumano Bernardo Monteagudo fue uno de los líderes del alzamiento de Chuquisaca de 1809, para años después ser una figura central tanto junto a San Martín en Perú como junto a Bolívar en la Gran Colombia. De la misma manera, el primer gobernante de “Argentina” fue don Cornelio Saavedra, nacido en la altoperuana ciudad del Potosí, mientras que uno de los Directores Supremos del Río de la Plata fue el peruano arequipeño Ignacio Álvarez Thomas, gentileza que la nación andina nos devolvió al tener como primer gobernante a José de San Martín, correntino criado en España. Uno de los diputados firmantes de la declaración de independencia del 9 de julio de 1816, el jurista potosino José Mariano Serrano, fue luego en dos oportunidades presidente interino de Bolivia. Estos ejemplos no son excepciones curiosas, sino exponentes de lo que fue una regla: debemos pensar en el Ejército Argentino-Chileno con que San Martín cruzó los Andes (que tenía bandera propia, distinta de la argentina y la chilena) o el auténtico ejército SUDAMERICANO –colombianos, venezolanos, ecuatorianos, argentinos, peruanos, bolivianos, chilenos- con el que el General venezolano Antonio José de Sucre completó la independencia de Bolivia en 1825.
Los argentinos, que hemos dado la espalda durante tanto tiempo al resto de América Latina, hemos subestimado el rol de los heroicos soldados “argentinos” y altoperuanos (bolivianos) que detuvieron el avance español en las batallas de Tucumán y Salta , así como la labor irremplazable del centenar de caudillos altoperuanos que frenaron el avance español hacia el sur. Estos líderes del altiplano, de los cuales apenas se recuerda a Juana Azurduy, una de las pocas sobrevivientes, lucharon hasta el último hombre (y a veces también hasta la última mujer) contra el “godo”invasor. De ellos apenas quedan calles sin nombre de pila en lugares marginales de la ciudad de Buenos Aires, “Warnes”…“Muñecas”... “Camargo”… Otros, como José Miguel Lanza, Eustaquio Méndez, Eusebio Lira, José Manuel Chinchilla, y Juan Manuel de Cáceres, simplemente cayeron en el olvido . Fueron estos héroes, que dejaron la vida para impedir el avance español en los territorios de lo que hoy es el norte argentino y el territorio de Bolivia, los que evitaron que los españoles avanzaran triunfales hasta Buenos Aires .
En tercer lugar, no debemos perder de vista la dimensión social. Las luchas por la independencia sólo avanzaron en lugares donde los diversos sectores sociales y étnicos lograron actuar unidos en pos de ese objetivo. En Argentina y Venezuela, dos de los países más activos por estos años, la columna vertebral de los ejércitos estaba integrada por mestizos (gauchos en el Río de la Plata y llaneros en el Orinoco) y por africanos (que constituían un tercio del Ejército de los Andes). En cambio en otros países los sectores populares de origen americano originario ofrendaron ríos de sangre ante la indiferencia o incluso la hostilidad de una elite criolla de origen europeo que apoyaba al realismo hispano. Este fue el caso de México, donde los curas Hidalgo y Morelos acaudillaron alzamientos “indígenas” reprimidos con saña por españoles y criollos. Algo similar sucedió en las zonas andinas (Perú-Bolivia) donde ya se contaba con el antecedente de la gran rebelión americana bajo el mando de Tupac Amaru a fines del siglo XVIII, y de las revoluciones de Chuquisaca y La Paz de 1809 , ahogadas en sangre por el poder español con el entusiasta apoyo de las elites criollas.
Estas elites observaron con absoluto horror como otro 25 de mayo, pero de 1811, el porteño Juan José Castelli, en las ruinas de Tiahuanaco, leyó un manifiesto en castellano, quechua y aymara proclamando la absoluta igualdad social, política y civil de todos los habitantes del Altiplano, sin importar que fueran criollos, mestizos o “indios”.
En estos lugares donde los criollos sostuvieron el poder español, el proceso de independencia se dilató (en México hasta 1820), o se paralizó hasta que el nudo gordiano fue desatado por la espada de una intervención militar continental (los casos de Perú y Bolivia, no resueltos plenamente hasta 1825).
Estas gestas no fueron nacionales. Nadie logró independizarse con sus propias fuerzas. Las rebeliones fueron un éxito cuando lograron combinarse: venezolanos, ecuatorianos y colombianos en el norte, argentinos, bolivianos y chilenos en el sur, y todos juntos hacia Perú y Bolivia en el centro. Todos nuestros líderes soñaron con organismos políticos mayores que las actuales dos decenas de repúblicas balcanizadas. Simón Bolívar concretó la Gran Colombia (Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá), y San Martín y Belgrano soñaron con un gran estado sudamericano con un monarca de origen incaico que uniera al Perú y el Río de la Plata. Estos sueños terminaron fracasando, pero fueron tan reales que es imposible encontrar un Acta de la Independencia“Argentina”.
Argentina proclama la independencia dos veces, ninguna de los cuales lo hace con el territorio o el nombre actuales.
El 29 de junio de 1815, en Arroyo de la China (actual Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos) se reunió el Congreso de Oriente que proclamó la independencia de la LIGA DE LOS PUEBLOS LIBRES, con representación de diputados de Entre Ríos, Banda Oriental, Santa Fe, Corrientes, Córdoba y las Misiones.
Casi un año después, en San Miguel de Tucumán, declaran nuevamente la independencia diputados de las provincias del Norte, del Oeste, de Córdoba, de Buenos Aires y de varias provincias que hoy son parte de Bolivia. Tampoco se usa el término “Argentina”. Lo que firmaron en Tucumán, el 9 de julio de 1816, diputados del Alto Perú (Bolivia) y el Río de la Plata (Argentina) fue la independencia de las “PROVINCIAS UNIDAS EN AMÉRICA DEL SUD”. Algunos diputados insistieron en incluir en la declaración la aclaración de que nos independizábamos del rey de España “sus sucesores y metrópoli” ya que no faltaban quienes soñaban con entregar el nuevo estado a un familiar del rey hispano. Entonces, como ahora y como siempre, había varios proyectos en pugna, ninguno de los cuales pudo concretarse plenamente
Las actuales repúblicas no son el producto del sueño independentista de nuestros próceres, sino de su fracaso. Por eso cada 25 de mayo y cada 9 de julio celebramos el comienzo de una lucha que no se ha terminado realmente, ya que quedaron muchos objetivos sin poder cumplirse.
Como dijo hace ya más de un siglo, en 1908, don Manuel Ugarte:
“Abandonemos la idea errónea de que la época de la independencia fue una edad fabulosa y que sus hombres no pueden ser imitados jamás”
El altoperuano José Mariano Serrano, diputado por Charcas, fue una figura clave en la redacción de la Declaración. Años después sería en dos oportunidades Presidente Provisional de Bolivia.
Firmantes de la Declaración de la Independencia
Congreso de Tucumán
Presidente
Francisco Narciso de Laprida, representante por San Juan
Vicepresidente
Mariano Boedo, representante por Salta
Secretarios
José Mariano Serrano, representante por Charcas
Juan José Paso, representante por Buenos Aires
Diputados
Por Buenos Aires
Dr. Antonio Sáenz
Dr. José Darragueira
Fray Cayetano José Rodríguez
Dr. Pedro Medrano
Dr. Esteban Agustín Gascón
Dr. Tomás Manuel de Anchorena
Por Catamarca
Dr. Manuel Antonio Acevedo
Dr. José Eusebio Colombres
Por Córdoba
Eduardo Pérez Bulnes
José Antonio Cabrera
Lic. Jerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera
Por Jujuy
Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante
Por La Rioja
Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros
Por Mendoza
Tomás Godoy Cruz
Dr. Juan Agustín Maza
Por Salta
Dr. José Ignacio de Gorriti
Por San Juan
Fray Justo Santa María de Oro
Por Santiago del Estero
Pedro Francisco de Uriarte
Pedro León Gallo
Por Tucumán
Dr. Pedro Miguel Aráoz
Dr. José Ignacio Thames
Por Mizque
Pedro Ignacio Rivera
Por Charcas
Dr. Mariano Sánchez de Loria
Dr. José Severo Malabia
Por Chichas (incluyendo a Tarija)
Dr. José Andrés Pacheco de Melo
En esa sesión no estuvieron presentes cinco diputados:
el coronel José Moldes (Salta), que se encontraba detenido en Salta;
el coronel Juan José Feliciano Fernández Campero (Chichas), que estaba al mando de tropas en el frente de combate;
el presbítero Miguel Calixto del Corro (Córdoba), que estaba realizando una misión diplomática ante José Artigas;
el médico Pedro Buenaventura Carrasco (Cochabamba), que estaba en servicio en el Ejército del Norte;
el diputado Juan Martín de Pueyrredón (San Luis), que había viajado a Buenos Aires para asumir el cargo de Director Supremo.
ACTA FIRMADA EN TUCUMAN EL 9 DE JULIO DE 1816, EN VERSIÓN BILINGÜE CASTELLANO-QUECHUA
ACTA.
En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos diez y seis, terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias-Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande y augusto objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España; los representantes sin embargo consagraron á tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones é interés que demanda la sanción de la suerte suya, pueblos representados y posteridad. A su término fueron preguntados si querían que las Provincias de la Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamáron primero, llenos del santo órden de la justicia, y uno á uno reiteráron sucesivamente su unanime y espontaneo decidido voto por la independencia del país, fixando en su virtud la determinación siguiente.
DECLARACION.
Nos los representantes de las Provincias-Unidas en Sud-América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al cielo, á las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos, declaramos solemnemente á la faz de la tierra, que es voluntad unánime é indubitable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban á los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados e investirse del alto carácter de una nación libre é independiente del rey Fernando 7., sus sucesores y metropoli; quedar en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia é impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas, y cada una de ellas, así lo publican, declaran y ratifican, comprometiendose por nuestro medio al cumplimiento y sosten de esta su voluntad baxo del seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama. Comuníquese á quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración. Dada en la Sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios.
Francisco Narciso de Laprida, diputado por San Juan, presidente.
Dr.Antonio Saenz, diputado por Buenos Ayres.
Bandera de la Provincia de Tucumán.
Inspirada en una de las primeras banderas utilizadas por Belgrano, la llamada "Bandera Macha"
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Cai sumacc ancha camayocc San Miguel Tucmanmanta hatum llacctapi, waranccapusacc pachacc chunca socctayocc watacc ccanchis quillacc isckon ppunchaynimpi, llacctanchecc raycu cchawanancupacc Hamauttacuna hatun tantacuy, congreso nisccapi tantascca, tucui soncconcuwan, tucui yachaynincuwan unancharccancu ttaccacuynincheccta cunancama camachicquenchecc auccacunamanta: huc similla tucuyneccpi llacctanchecc cunacc cay ruracunanta munasccancu, uyaricun, huc munaylla hinantin ruraynincuwan, yuyaynincuwan, wañuy, wañuy, wañuy munapayasccancuta sutti suttipi ricuchincu; chaywampis, yuyaspa cay hatun simipi casccanta paycunacc, llacctancunacc, wawancunacc wawampapis cusisamin, ú chiquin, Hamautta Ranticuna alliy alliymanta huctawan huctawan cai hawa rimarccancu. Allin allinta unanchaspañari, tapuscca carccancu? Munanquichecchu tucui llacctacuna piraycuchus Ranti canquichecc España reycunamanta ttaccacuspa, payccunac quiquin atiyninpi, camachiynimpi cquheparinancuta? Caita uycariytawan, usccay usccayta hatarispa: munaycunnispa ccaparincuc; aswan callpayocc cai sutti munaynincu cananpaccri hucmanta hucmanta munaycu nerccancu; tucuipa yachayninman chayananpaccri cai hinata cquellccarccancu.
Ñoccaicu cai Americacc Anti suyumpi tantascca, llacctacunacc Rantin, ñoccaicuman Pacchacamaccta waccyaspa llacctaycucc sutimpi, llacctaycucc camachiynimpi hanac-pachaman cai pacha tucui llacctacunaman, tucui runacunaman soncoycucc llamppu, checcan unanchayninta, ricuchispa, rimariycu yachachiycu Muyu-pachacc ccaillampi; sutti huc munaynillan cai tucuy llactacunacc ccasccanta, lliqquiy saccra watanasta, imawanchus yanccalla España Reycunaman watascca carccancu: atiyninta suancunamanta ppataspari huc hatun llacta ruracunancu; paicuna quiquin cunan camachecc Rey Fernando ccanchismanta, wawancunamanta, llactanmantawan wiñaypacc ttaccascca; cairaycuri hatun sumacc atiywan sutippi cquecheparincu, imaynachus aswan allin cancca cusisamimpacc tucui imancu unanchascca, hina camachiyta paycuna quiquin maquinmanta ccocunanpacc; tucui tanta ñaupaccta, cquhepamanri hucmanta hucmanta hinata ccaparincu, yachachincu, huctawan huctawanri rincu; caita hunttanancupaccri, ñoccaycupi chura cuspa puraccmanta watanacuncu, causaynincuwan, tiyapuynincuwan, sumac sutincuwan. Picunamanchus yacha chicunan, yachachiscca cachun, tucuipa vincrinman chayanamanpacc; hawa llactacunacc unanchanampacri imaraycuchus ruranchecc cai sumacc checcan rurayta, sutti cquelccapi tucui churacuchum. Congreso wasipi rurasca selloycuwan sellasca, secretarioycucc cquellccanwan callpachascca. Cai hina juramentota tucui llacctancheccpi tiyacucc runacuna. ¿Juranquichu Pacha-camacc Apu Yayanchecc raycu santa cruz raycuwampis + ttimpurichiyta, hamachhaita, mayneccpipis camarichiyta cai Americacc Anti Suyumpi tantascca hatun llaxtacunacc ttaccacuyninta ccanchis Fernando España reymanta, wawasninmanta, llacctanmanta, tucui hawa llaccta camachecc cunamantawan? ¿Juranquichu Pacha-camacc Apu Yayancheccman, ari ninquichu llacctancheccman, atiyninraicu, camachiyninraicu tucui callpaquiwan sayariyta causainiyquita, sumacc sutiyquita, tucui imayquita chincarichinayquicamaypis? Ari, hinatan jurani. Hinata ruracctiyqui Pacha-camacc yanapasuchun, manari pai muchuchisuchun llaccta mamancheccri ñacasuchun.
Hamautta Antonio Saenz Buenos Ayres llacctacc rantin
F.N.Laprida San Juan llacttacc rantin tucui rantista camachecc
Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla, una de las figuras claves del proceso de independencia rioplatense
(Toroca 1780-Sucre 1862)
Fue ascendida post mortem a:
Mariscal del Ejército de Bolivia (2009),
y a Generala del Ejército Argentino (2015)
CONSIGNAS:
1-a) ¿Qué es lo que quiere demostrar Manuel Ugarte?; b) Buscá una breve biografía de Manuel Ugarte.
2- a)¿Cuál era la situación de España en 1810?; b)¿Cómo reaccionaron los latinoamericanos ante esa situación?
3- ¿Hubo realmente una lucha de españoles contra americabnos? ¿Por qué?
4- ¿Existían en 1810 las actuales nacionalidades?. Fundamentá
5- ¿Cuál fue el rol del Alto Perú en la independencia rioplatense?
6- ¿Todos los países se independizaron igual?. Fundamentá
7- ¿Cuántas veces declaró la independencia argentina?
8- ¿Por qué el texto del Acta de Independencia dice que nos independizamos "de Fernando VII, sus sucesores y metrópoli"?
La "Bandera Macha" usada por Belgrano, que se guarda hoy en un museo de Bolivia
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