jueves, 30 de marzo de 2023

La colonización de África - Historia y resumen en mapas (video)



Africa en 1914. Media docena de países eran dueños de un continente enorme, de 30 millones de kilómetros cuadrados (es decir la suma de Estados Unidos, China, Brasil y Argentina)



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lunes, 27 de marzo de 2023

LA CRISIS DEL 30

 




LA CRISIS ECONÓMICA DE 1930

En octubre de 1929, se inició en los Estados Unidos una nueva crisis del sistema capitalista. Esta tendría efectos muy diferentes a las anteriores. La rapidez con la que se propagó la depresión económica mostró que estrecho era el vínculo entre la economía europea y la del país norteamericano. Los bancos de los Estados Unidos fueron los primeros afectados directos, lo que loa llevó a repatriar capitales y eliminar los créditos, indispensables para el funcionamiento de la economía europea. La retracción de los capitales estadounidenses condujo rápidamente a la quiebra a las instituciones de crédito. El comercio internacional se redujo debido a la incertidumbre del valor de las monedas, y el caos aumentó. La crisis no sólo afectó a los países industrializados. El descenso de los precios agrícolas perjudicó a las economías de América Latina y Europa del Este, proveedoras de materias primas en el contexto de la denominada ‘división internacional del trabajo´.

Después del fracaso de diversas negociaciones para encontrar soluciones conjuntas, los Estados comenzaron a aplicar medidas que dieron por finalizada la etapa del liberalismo económico. El signo del cambio fue la creciente intervención estatal en la regulación de la economía y en las condiciones de vida de la población.

Las políticas aplicadas pueden sintetizarse así:

·         Protección de los productos nacionales mediante el cobro de altos impuestos de importación; en Alemania, por ejemplo, la tarifa pasó de 8.1% en 1929 a 29.2% en 1937.

·         Deflación para equilibrar el presupuesto del Estado; se redujeron salarios y gastos públicos, y se elevaron los impuestos internos.

·         Estímulo de la producción necesaria y compensación de la destrucción o almacenamiento de productos innecesarios, mediante el uso de fondos públicos.

·         Activación del empleo para enfrentar el grave problema de desocupación;  se encargaron grandes obras públicas, se crearon organismo ‘reguladores’ de la contratación de personal y se establecieron seguros contra el desempleo.

DEFLACIÓN:

Reducción de la circulación de dinero, que conlleva un descenso generalizado de los precios y una revalorización de la moneda. Suele aplicarse para regular procesos de inflación, es decir, de elevación general de los precios por el desajuste de la oferta y la demanda, una pérdida del valor de la moneda.

ADIÓS AL PATRÓN ORO

La manifestación más clara del final de una época  fue el abandono del patrón oro, el tipo de   que, desde 1875, había facilitado las transacciones internacionales. Gran Bretaña dejó el patrón en 1931, y, en 1933, ya se había desvinculado la mayor parte de los países. La devaluación de la moneda permitió a cada país liberado del tipo de cambio fijo aliviarse de las medidas deflacionistas e impulsar las exportaciones. Sin embargo, la medida no fue suficiente para restablecer el flujo del comercio internacional en los niveles anteriores a la crisis. Roto el consenso fijado en torno al patrón oro, y ante el fracaso de la Conferencia de Londres, realizada en 1933, para establecer un nuevo acuerdo, una fórmula intermedia para estimular el intercambio comercial fue la forma de acuerdo bilaterales.

1929

PRODUCTO

1932

1.5

COBRE

0.9

98.5

HIERRO BRUTO

39.7

120.4

ACERO BRUTO

50.4

206.3

PETRÓLEO

180.3

229.9

LIGNITO

166.7

1325.6

CARBON

948.4

 

CRISIS Y FRUSTRACIONES EN EL MUNDO DE POSGUERRA

 

Las frustraciones ocurridas después de la Gran Guerra, sumadas a los profundos problemas sociales y económicos, destruyeron las frágiles democracias de algunos países europeos, sustituyéndolos por regímenes totalitarios de extrema derecha como el fascismo italiano y el nazismo alemán. En la Unión Soviética se desarrolló una dictadura de extrema izquierda representada por el stalinismo.

En el plano económico, tuvo lugar una profunda crisis que puso a prueba el sistema capitalista: la crisis de 1929 que, iniciada en los Estados Unidos, se extendió prácticamente por todo el mundo.

CRISIS DE 1929: CRACK DE LA BOLSA NEOYORKINA

Luego de la guerra, los países vieron agravarse su situación social y económica. Aún los países victoriosos sufrieron deterioros y al igual que los vencidos tuvieron que reconstruir sus economías.

Los Estados Unidos, que entraron en la guerra en 1917, habían desarrollado una gran producción industrial como proveedores de Inglaterra y Francia. Además de su industria bélica les vendían materias primas y alimentos y les concedieron importantes empréstitos.

Luego de la Primera Guerra Mundial los Estados Unidos asumieron el liderazgo económico, convirtiéndose en la potencia más rica del mundo. Sus bancos acumularon una reserva superior al conjunto de los otros países. El aumento del índice de productividad, la falta de control de producción y de los efectos de ese crecimiento desordenado terminó por generar una CRISIS DE SOBREPRODUCCIÓN. A su vez, se produjo una cierta recuperación industrial de los países europeos que, hacia el final de los años 20, disminuyeron las importaciones de productos norteamericanos al tiempo que se convirtieron en sus competidores.

Las fábricas norteamericanas bajaron su producción y aumentó el desempleo; en consecuencia disminuyeron los mercados consumidores y la crisis se hizo inevitable.

Esta crisis se hizo galopante cuando se produjo (24 de octubre de 1929, conocido como el JUEVES NEGRO) el crack de la bolsa de Nueva York. El precio de las acciones cayó bruscamente y muchos accionista procuraron venderlas desesperadamente: llegó el momento en que no tuvieron ningún valor pues nadie las compraba. Esto provocó la quiebra de la Bolsa de Nueva York (Wall Street) considerada como el centro del capitalismo. Se arruinaron más de 80.000 empresas norteamericanas y 4000 bancos. También muchos agricultores perdieron sus tierras hipotecadas y el desempleo afectó a 14.000.000 de norteamericanos. La crisis tuvo grandes repercusiones sociales y políticas que afectaron además de los Estados Unidos, a otros países del mundo.

EL NEW DEAL DE ROOSEVELT LA SOLUCIÓN ECONÓMICA DE LA CRISIS

La tremenda crisis que afectó a la industria norteamericana produjo la ruina del campo y el desempleo generalizado tuvo un enorme costo social. Estos hechos llevaron al Presidente Franklin Delano Roosevelt, electo en 1932, a adoptar una nueva política económica llamada NEW DEAL (Nuevo Trato). A través de esta nueva política se produjo un acentuado intervencionismo estatal para regular la economía. El gobierno asumió el control de la producción industrial, agrícola y minera, y fijó el precio de los productos; creó instituciones de crédito controladas por el Estado e inició un programa de grandes obras públicas para crear fuentes de trabajo. Igualmente desarrolló un sistema de previsión social y creó un seguro de desempleo. Con esta nueva política económica la economía norteamericana se recuperó.

Al otro lado del Océano, en Inglaterra, el economista británico John Maynard Keynes proponía para salir de la crisis soluciones semejantes, con el Estado saliendo a invertir para generar empleo y salir de la crisis, por lo que en economía este tipo de prácticas se conocen con el nombre de KEYNESIANISMO.



https://youtu.be/qigGJpf3B9Q

 CONSIGNAS:

1-  ¿Qué papel económico asumió EE-UU respecto a Europa en la posguerra?

2- ¿Cuáles fueron las causas de la crisis de 1929?

3-  ¿Qué consecuencias socio-económicas tuvo la crisis en USA y en el resto del mundo?

4-  ¿En que consistió el   NEW DEAL de Roosevelt?

5-  ¿Qué medidas tomaron los estados para enfrentar la crisis?

6- Explicá los conceptos de : a)DEFLACIÓN; B)PATRÓN ORO

7- ¿Cómo interpretás las cifras de la tabla de producción?

8-PARA INVESTIGAR: ¿Qué fue la CONFERENCIA IMPERIAL DE OTTAWA y qué medidas tomó?

9- ¿Qué interpretación de la crisis se da en el video?


sábado, 18 de marzo de 2023

LA DESINTEGRACION DEL ESPACIO POLITICO VIRREINAL (1810-20)



La Revolución de Mayo fue realizada exclusivamente por porteños ; el interior no tuvo ninguna participación en la destitución del Virrey y su reemplazo por la “Primera Junta”. Este organismo adoptó dos medidas opuestas para lograr el control de las Intendencias del interior que aún respondían a las autoridades virreinales : a la vez que se invitó al Interior a enviar diputados a Buenos Aires (que luego se integraron a la primera Junta formando la Junta Grande), despachó expediciones militares hacia esos territorios para obligarlos a obedecer a las nuevas autoridades.    Estas expediciones tuvieron una suerte diversa : Córdoba, Cuyo, el Litoral y el actual noroeste argentino se sumaron rápidamente al proceso revolucionario, pero no se lograron iguales resultados con Paraguay, el Alto Perú (=la actual Bolivia) y la Banda Oriental (=el actual Uruguay). 

Contra Paraguay se envió en 1811 una expedición comandada por Manuel Belgrano, que fue completamente derrotada. Desde ese momento, el Paraguay comenzó un proceso histórico desvinculado de Buenos Aires.

Contra las Intendencias del Alto Perú las autoridades de Buenos Aires enviaron tres expediciones tendientes a liberarlas del dominio español (en 1810-11, 1813 y 1815), pero todas fueron rechazadas por los ejércitos españoles, que podían recibir numerosos refuerzos y abastecimientos desde la cercana ciudad de Lima, la capital del Virreinato del Perú.

En cuanto a la Banda Oriental, esta zona tenía relaciones tormentosas con Buenos Aires desde 1808, cuando el gobernador de Montevideo, Francisco Javier de Elío, desconoció la autoridad del Virrey Liniers. En 1810 Montevideo se transformó en un centro contrarrevolucionario, dominado por los realistas. Distinta fue la situación en la campaña oriental, donde gauchos y propietarios rurales apoyaron el proceso revolucionario, acaudillados por una figura cuya importancia fue creciendo rápidamente en estos años : José Gervasio  de Artigas . Finalmente, en 1814, las fuerzas revolucionarias conquistaron Montevideo tras un largo sitio.

En definitiva, en 1810-11 la autoridad del gobierno revolucionario se limitaba a una parte de los actuales territorios argentino y uruguayo (no controlaban Montevideo ni las zonas controladas por los indígenas : Patagonia, el Chaco, y buena parte de la llanura pampeana).Pero aún en éstos territorios la autoridad de Buenos Aires era cuestionada, debido a que poco después del comienzo de la revolución empezó un enfrentamiento que dividiría a los argentinos hasta 1880 : la disputa entre partidarios de la centralización y partidarios de su descentralización, es decir, entre centralistas y federalistas.

Los centralistas querían gobernar al país desde Buenos Aires, creando un gobierno central que nombrara a los gobernadores provinciales y negando así la autonomía a las provincias. Entre los principales representantes de este sector podemos mencionar a los distintos Directores Supremos (Posadas, Alvear, Alvarez Thomas, Pueyrredón) quienes organizaron un gobierno aristocrático y autoritario, y pretendieron transformar al Río de la Plata en una monarquía constitucional gobernada por un príncipe europeo.

Los federalistas defendían el derecho de cada provincia a organizar un gobierno autónomo y se oponían a la omipotencia del gobierno central porteño. Uno de los principales representantes fue el caudillo oriental ARTIGAS, quien estaba muy influído por el republicanismo federal norteamericano y se oponía al predominio económico  de Buenos Aires.

El conflicto entre federalistas y centralistas estuvo latente hasta 1813, debido a que el temor ante un posible retorno de los españoles unía a ambos sectores. Pero, en este año, cuando la Asamblea del año XIII impidió la incorporación en su seno de los diputados orientales,el conflicto estalló abiertamente, y se ahondó cuando Artigas, como represalia, retiró sus tropas del sitio de Montevideo (enero de 1814), dejando solos a los porteños. Como la influencia de Artigas se extendía hasta la provincia de Santa Fe, esta medida significó una ruptura entre Buenos Aires y todo el Litoral.

En 1815, Artigas organizó en Paysandú el “Congreso de Oriente”, al que concurrieron representantes de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Córdoba. Este Congreso fue una réplica al Congreso de Tucumán organizado por las autoridades centralistas de Buenos Aires. Este movimiento fue abortado por la invasión portuguesa a la Banda Oriental, realizada con el beneplácito de las autoridades de Buenos Aires (las que estaban ansiosas por librarse de un peligroso rival). Si bien los portugueses derrotaron a Artigas, el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón continuó enfrentando a los caudillos artiguistas del Litoral : el entrerriano Francisco Ramírez y el santafesino Estanislao López.

Finalmente, en 1820, Ramírez venció al sucesor de Pueyrredón, el oriental José Rondeau, y disolvió el gobierno central porteño.

En 1820 culminó el proceso iniciado en 1819, al desaparecer las autoridades que se habían adjudicado la herencia del poder virreinal, y desmembrarse las viejas Intendencias en una veintena de Provincias.

Consignas:

1-Explicá cuál fue la participación de ña ciudad de Buenos Aires y el interior en la Revolución de Mayo

2-¿Qué acciones tomaron las autoridades de Buenos Aires en Paraguay, Alto Perú y la Banda Oriental?

3-a)¿Qué áreas obedecían a Buenos Aires en 1810-11?; b)¿En qué se diferenciaban centralistas y federales?

4-¿Cuándo arrancó el enfrentamiento entre centralistas y federales?

5-Resumí el último párrafo del texto.

6-Buscá breves biografías de: a)José Gervasio Artigas; b) Francisco "Pancho" Ramírez.


viernes, 17 de marzo de 2023

ARTIGAS Y EL ORIGEN DEL FEDERALISMO ARGENTINO

 



EL PROYECTO FEDERALISTA

El proyecto constitucional de Artigas surgió como una consecuencia lógica de la experiencia de sus desencuentros con los gobiernos porteños y de la desconfianza hacia Buenos Aires.

‘En el federalismo oriental existe primero una actitud autónoma ya manifestada en la reiniciación de la lucha contra la invasión portuguesa y la ocupación realista de la Banda Oriental, que posteriormente adopta su expresión ideológica en una doctrina federal. Las Instrucciones del año 13, sistematizaron  esa doctrina de acuerdo con la realidad que vivía el pueblo oriental, tomando como fuentes los textos del constitucionalismo norteamericano (…)”

El objetivo de los diputados orientales era  “la declaración absoluta de la independencia de la Corona de España y familia de los Borbones”. Como forma de Estado se establecía: “No admitirán otro sistema que el de la Confederación para el pacto recíproco con las Provincias que formen nuestro Estado”. En concordancia con este principio, las Instrucciones decían que: “El Gobierno Supremo entenderá solamente en los negocios generales del Estado. El resto es peculiar de cada Gobierno de cada Provincia”. “Que esta Provincia retiene su soberanía, libertad e independencia<, todo poder, jurisdicción y derecho , que no es delegado expresamente por la confederación a las Provincias Unidas, que decidirán juntas en Congreso”. (R. Torres Molina, Unitarios y federales en la historia argentina, 1986, cap.IV)

La Asamblea de 1813 rechazó la incorporación de los diputados orientales por razones formales. En el fondo, se trataba del rechazo a los principios contenidos (en) las Instrucciones, en particular la exigencia de inmediata declaración de independencia y organización de un estado bajo la forma confederal, a la cual se añadía la clausula de que la capital debía establecerse en otra ciudad que no fuera Buenos Aires.

  Fue el comienzo de una larga disputa que condujo a la formación de la Liga Federal, integrada por las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe, Córdoba, junto a la Banda Oriental y Misiones, bajo la protección de Artigas.

IGUALDAD  Y REFORMA SOCIAL

Una preocupación constante de Artigas fue impartir justicia con un sentido igualitario. ‘No hay que invertir el orden de la justicia; (hay que) mirar por los infelices y no desampararlos sin más delito que su miseria’ le recomendaba al gobernador de Corrientes, expresando su desdén por los privilegios aristocráticos: ‘olvidemos esa maldita costumbre que los engrandecimientos nacen de la cuna’. Con relación a los pueblos indios, en sus instrucciones para que ‘se gobiernen por si’ eligiendo sus propios administradores, le recordaba al gobernador ‘que ellos tienen el principal derecho y que sería una degradación vergonzosa para nosotros ‘ mantenerlos excluidos ‘por ser indianos’.

Artigas asumió de manera integral los principios liberales y republicanos de la emancipación, que las elites aceptaban con muchas reservas. En su modo de ver confluían las costumbres de la pampas con las lecturas de Rousseau. El orgullo de  hombres libres de los gauchos era congruente con la orientación democrática de la Revolución. Con el asesoramiento de su sobrino el cura Monterroso, interesándose por el sistema federal norteamericano, Artigas expresó una síntesis del sentido común popular con las doctrinas progresistas de su tiempo y reclamó fundar el poder político en los derechos de representación de los individuos y de las regiones, todos en pie de igualdad.

Esto es notable en las acciones del gobierno que impulsó, y en particular en su famoso plan agrario. Las comunicaciones del Protector con el Cabildo de Montevideo, al que el mismo asignó un rol eminente sabiendo que representaba al sector de los propietarios, reflejan su firme pero prudente relación con la elite y las reticencias de ésta ante las medidas radicales. Dada la necesidad de repoblar y poner en producción campos asolados por la guerra, el Protector instó al Cabildo a emplazar a los hacendados a hacerlo so pena de poner las tierras en otras manos, ante lo cual, tras algunas dilaciones, aquel emitió un bando sin poner plazo y omitiendo las sanciones. Días después Artigas dictó personalmente el REGLAMENTO DE TIERRAS de 1815. Si bien antes había otorgado posesiones a sus partidarios y ocupado campos de adversarios de la revolución, ahora se trataba de establecer un nuevo orden rural, recuperar la ganadería, poblar y distribuir la propiedad con el criterio de que ‘los m{as infelices sean los más privilegiados’. Las tierras no ocupadas y las confiscadas a los ‘malos europeos y peores americanos’ debían repartirse en suertes de estancia a los solicitantes, con carácter de donación, dando preferencia a los negros libres, zambos, indios y criollos pobres.

En el mismo Reglamento se preveía la aprehensión de vagos para remitirlos al servicio de las armas, y la papeleta que los patrones debían dar a sus peones. Era la política habitual de control de los gauchos, pero en un marco diferente, en el que la obligación de trabajar iba aparejada con la posibilidad de adquirir tierra. En circunstancias en que urgía regenerar la explotación del campo y se compelía a los estancieros a producir, era razonable exigir una ocupación regular a los proletarios rurales.

La aplicación del Reglamento, resistida y demorada por el Cabildo, afectaba una enorme extensión territorial y fue por cierto conflictiva. Estaban en juego los intereses de grandes latifundistas, incluso porteños. La independencia, como todas las revoluciones, había engendrado un alzamiento popular que se tornaba amenazante para los viejos y nuevos grupos dirigentes, y el director Pueyrredón acordó consentir la invasión portuguesa a la Banda Oriental para liquidare ese peligro.

Debilitado en la relación de fuerzas, la inflexibilidad de Artigas lo perdió. Fue traicionado por sus subordinados, los caudillos del litoral Ramírez y Estanislao López. Acudió por fin al asilo del dictador Francia, creyendo que podrían coincidir contra el centralismo porteño o esperando tal vez un cambio de gobierno. Al morir el Supremo en 1840, Artigas fue detenido preventivamente –pues, a pesar de su avanzada edad, algunos lo querían como sucesor- hasta que el presidente paraguayo Carlos Antonio López lo reivindicó.

 

Texto tomado de:

HISTORIA ARGENTINA, Secretaría Académica de la Universidad Nacional de La Matanza, La Matanza, 2006. Pags.42-44

CONSIGNAS:

1-¿Cómo surgió el federalismo oriental?

2-¿Qué pretendía Artigas para la Banda Oriental?

3-¿Cuál fue el conflicto con la ASAMBLEA DEL AÑO XIII?

4-a)¿Por qué se afirma que Artigas tenía un sentido igualitario de la justicia?; b)¿Cuáles eran los principios políticos de Artigas?

5-Explica el Plan Agrario de Artigas (REGLAMENTO DE TIERRAS)

6-¿Cómo fue derrotado Artigas?

 

 

 

LATINOAMERICA DESPUÉS DE SU INDEPENDENCIA (1815-1830):

 



LOS EJÉRCITOS DE LA INDEPENDENCIA

Las guerras de independencia fueron crueles, y las batallas heroicas. Pero no todos los americanos combatieron por ideales políticos. Los criollos tuvieron que movilizar a los negros, los indios y los mestizos; lo hicieron sin ceder por ello ninguno de sus instrumentos de poder ni permitir que ninguno de esos grupos librase una revolución autónoma.

En general las masas tuvieron que ser reclutadas a la fuerza, siempre que se pudieran capturar antes de que huyeran a los montes o a los bosques. También a los monárquicos les resultó difícil conseguir reclutas tanto en España como en América, y, en último extremo, su derrota se debió en parte a la imposibilidad de recibir continuos refuerzos desde la metrópoli.

Se reclutaron soldados entre los esclavos negros, a los que se ofrecía la manumisión a cambio de que prestasen sus servicios en los ejércitos revolucionarios. Se trataba de una forma limitada de libertad. El mismo Bolívar, un auténtico humanista, hizo depender la emancipación de la participación activa, aunque sin demasiado éxito. A los esclavos no les interesaba tomar parte en la guerra de los criollos, aunque estaba claro que unirse a los monárquicos tampoco les serviría de casi nada.

San Martín afirmó que ‘el mejor soldado de infantería con el que contamos es el negro y el mulato’. Antiguos esclavos formaron parte importante del Ejército de los Andes que liberó Chile (1.500 de un total de 5.000), así como del ejército del General Sucre  que completó la liberación de Perú en la batalla de Ayacucho. No obstante , para conseguir la libertad de esta forma tenían que pagar un alto precio; al ser soldados de infantería, los negros eran los que sufrían el mayor número de bajas.    

Los indios intentaron evitar tomar parte en la lucha o bien combatieron en ambos bandos por simple oportunismo. Los araucanos del sur de Chile se limitaron a convertir su resistencia al poder imperial en su hostilidad a las nuevas clases dominantes.  Los indios del Perú sufrieron los saqueos y pillajes de ambos bandos; se vieron obligados a combatir junto a los que dominaban una región en particular, resultando posteriormente castigados si ganaba el enemigo.  Tanto un bando como el otro trató a los indios como siervos , transformando los servicios personales que se les exigía en tiempos de paz en un servicio militar en tiempos de guerra.

Básicamente, la minoría blanca de Perú temía a los negros y los indios. Los habitantes de Lima se sintieron aterrados  cuando el Virrey español decidió abandonar la capital en julio de 1821; temía que la población esclava pudiera sublevarse contra los blancos y que los indios y las guerrillas de las regiones próximas pudieran invadir la ciudad una vez que se hubieran marchado las tropas españolas. Los ciudadanos destacados invitaron al General San Martín a entrar a Lima y ocuparla, pero en realidad buscaban más protección que liberación.

También en el Alto Perú los criollos temían la emancipación de los indios. La élite local de propietarios de minas, terratenientes y burócratas se volvía en contra de los ejércitos liberadores enviados desde Buenos Aires y apoyó a las fuerzas de seguridad contra las guerrillas patriotas. Se mostraron abiertamente realistas hasta que, en 1825, se vieron liberados a la fuerza por el ejército colombiano del General Sucre, heredando así una independencia por la que no habían luchado.

Allí donde el temor de los criollos hacia las masas indígenas les hacía buscar la protección del ejército español,  la lucha por la independencia no podía avanzar sin un cierto estímulo externo. Algunos países como las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina), estaban en situación de ofrecerlo; otros, como Perú, lo necesitaban.    

 

UNA REVOLUCIÓN CONSERVADORA:

La independencia fue un movimiento político, en el que una clase dominante  nacional sustituyó en el poder a los gobernantes imperiales, con sólo pequeños cambios en la organización económica y en la estructura social. La América española rechazó la monarquía, pero buscó luego poderosos sustitutos. A pesar de ser él mismo partidario de la república, Simón Bolívar se mostró claramente a favor de una forma de despotismo ilustrado. Asustado ante loa falta de experiencia  de autogobierno de sus compatriotas  y ante la anarquía y los conflictos sociales que se desencadenaron, intento frenar a las fuerzas del  desorden imponiendo toda una serie de constituciones autoritarias. En su analítica y autocrítica CARTA DE JAMAICA de 1815, escribió: ‘Los acontecimientos de Tierra Firme (la parte septentrional de América del Sud) han demostrado que las instituciones plenamente representativas no se adecúan a nuestro carácter, costumbres, y actual grado de conocimiento’. Cuatro años después, en su famosa DECLACIÓNDE ANGOSTURA , afirmaba: ‘La libertad total y la democracia absoluta no son sino arrecifes contra los que se han estrellado todas las esperanzas republicanas… que el poder legislativo renuncie a todos los poderes que de hecho corresponden al ejecutivo  ‘.

En más de una ocasión, y tanto en Venezuela como en  Perú, Ecuador y Colombia, se vio él mismo obligado a asumir poderes dictatoriales, bien para acabar con la anarquía o bien para derrotar al enemigo español. El esfuerzo de Bolívar por establecer un poder ejecutivo fuerte duró más que la propia guerra. Sus propios puntos de vista constitucionales quedaron reflejados en la Constitución que dictó para Bolivia en 1826. En este documento se preveía la existencia de un Presidente que no solo mantenía dicho cargo por toda la vida, sino que también tendría derecho a elegir sucesor. ‘Esta autoridad suprema debería ser perpetua’, escribió Bolívar, evitando así ‘el cambio de administración provocado por el gobierno de los partidos y la agitación que provocan las elecciones demasiado frecuentes’. Así de realista se mostró Bolívar, cuyos ideales democráticos se habían visto templados por la necesidad de combatir la decepción y la anarquía, aunque conviene señalar que en la existencia de un gobierno fuerte no sólo un instrumento de autoridad, sino también de reforma.

Los pioneros de la independencia, los intelectuales, burócratas y políticos profesionales dieron pronto paso a los ’caudillos’, cuya supremacía se basaba en el poder personal.  Aunque originalmente era solo un líder bélico, la figura del caudillo empezó a desempeñar pronto otros papeles. Representaba poderosos intereses económicos, con frecuencia de carácter regional. Era el cacique, el que repartía cargos y tierras, el vértice una red de intereses basada en el clientelismo. Las décadas que siguieron a la independencia fueron la era clásica del caudillismo primitivo, cuando Juan Manuel de Rosas (en Argentina), José Antonio Páez (en Venezuela) y Antonio López de Santa Anna (en México) gobernaron naciones enteras como si fueran grandes haciendas. Los caudillos fueron creados  y se vieron en último extremo controlados por la nueva clase dominante. Pero incluso cuando se veían sometidos a normas legales o reemplazados por modelos constitucionales, estos apenas tenían validez. El derecho al voto se vio con frecuencia limitado a los que sabían leer y escribir y poseían propiedades. El poder legislativo era débil y el ejecutivo se encarnaba en presidentes extremadamente fuertes, como por ejemplo en Chile. Pero, fuera cual fuera el sistema de gobierno, reflejaba la economía y la sociedad dominantes y no aspiraba a cambiarlas.

La independencia destruyó el monopolio colonial y abrió los puertos de la América española al comercio con todo el mundo. Este fue un proceso inevitable, pero no plenamente positivo. Las guerras habían acabado con muchas vidas y destruido numerosas propiedades; el terror y la inseguridad provocaron una huida de capital y mano de obra, lo que dificultó la diversificación de la economía. Los principales propietarios de capital –la Iglesia y los comerciantes- apenas se sentían estimulados para invertir en la industria, dada la inexistencia de un mercado fuerte y protegido. Resultaba más fácil permitir que las necesidades nacionales fueran satisfechas por los  fabricantes ingleses. Y tras los fabricantes ingleses vinieron los comerciantes, los exportadores, y más adelante los banqueros ingleses, que llenaron el vacío empresarial dejado por España.

Como es lógico, los intereses extranjeros no pudieron controlar totalmente las economías nacionales; la política la dictaban los nuevos gobernantes y grupos de intereses. Estos intentaron transformar su centro particular en una nueva metrópoli y reducir las restantes regiones  a una dependencia continuada. Las subregiones intentaron proteger sus economías insistiendo en diversos grados de autonomía: Uruguay y Paraguay optaron por la independencia completa de Buenos Aires; las provincias interiores de Argentina eligieron el federalismo. En todo el resto de la América Española, como por ejemplo México, las industrias artesanales quedaron arrasadas por la competencia extranjera y, aunque normalmente continuaron la producción, no consiguieron la protección que exigían. As{i pues, las economías nacionales se vieron originalmente divididas por las rivalidades internas, por los conflictos entre los agricultores –en busca de salidas para sus exportaciones-, y los intereses de la industria y de la minería. Los que vencieron al final fueron los partidarios de las exportaciones y de las importaciones baratas, algo de lo  que supieron aprovecharse los comerciantes ingleses.

En consecuencia, la institución económica básica fue la HACIENDA, una organizaci{on relativamente ineficaz que absorbía demasiada tierra y demasiado poco capital y que dependía en último extremo de una mano de obra barata, de carácter servil o estacional. Pero la hacienda era también una forma de organización social y política, un medio de control y una cantera para la formación de los nuevos dirigentes. La elite independentista buscó su apoyo económico en las haciendas. Los terratenientes desplazaron a los sectores coloniales urbanos de la minería, del comercio y la burocracia, y también a los primeros gobernantes republicanos, a los políticos profesionales y militares que habían hecho carrera gracias a la revolución y cuya tendencias liberales tuvieron que dar paso a regímenes más conservadores”.

Texto tomado de:

Enciclopedia de Latinoamérica, Universidad de Cambridge, II, Historia, Debate, Barcelona, 1987, pags. 69, 70 y 71

CONSIGNAS:

1-      ¿Cuál fue la participación de “negros” e” indios” en las guerras de independencia? ¿Por qué?

2-      Comparar la actitud frente a la independencia existente en Perú, Alto Perú y Río de la Plata.

3-      A)¿Cuáles eran, para Bolívar, los modelos políticos más apropiados al continente?; b)¿Por qué se habla de una “Revolución conservadora”?

4-      ¿Qué papel ocuparon los ‘caudillos’ en América?

5-      A partir de los últimos tres párrafos del texto, explicá cómo se produjo la inserción de América Latina dentro de la economía mundial.

INDEPENDENCIA DE MÉXICO Y BRASIL

 



REVOLUCIÓN E INDEPENDENCIA DE MÉXICO:

En México, distintos grupos se levantaron contra la dominación española.  A pesar de que los levantamientos fueron reprimidos, finalmente México logró independizarse de España en 1821.

LA CONSPIRACIÓN DE QUERETARO

En el Virreinato de Nueva España la noticia de la caída del  rey condujo a la formación de una Junta de Gobierno en 1808, con la aprobación del Virrey Iturrigaray. Además, Iturrigaray se negó a reconocer a la Junta de Sevilla. Por todos estos motivos, los sectores españoles conservadores decidieron apartar de su cargo al Virrey y encarcelar a los miembros de la Junta. De esta manera, los españoles controlaron el Virreinato de manera autoritaria hasta 1810.

En septiembre de 1810, un grupo de conspiradores del estado mexicano de Querétaro, liderados por el sacerdote Miguel Hidalgo, iniciaron un levantamiento contra el absolutismo español. Hidalgo incitó a los indígenas y mestizos a que se unieran a la rebelión en defensa de la religión y contra la dominación española. El movimiento tomó como símbolo a la popular Virgen de Guadalupe y exigió la independencia, la abolición de la esclavitud y la devolución de la tierra a los indígenas.  Las riquezas de los españoles fueron arrebatadas, mientras que se respetaron las propiedades de los criollos.

El ej{ercito de Hidalgo logró tomar la ciudades de Guanajuato y Valladolid, además de vencer a las tropas españolas muy cerca de la ciudad de México. Pero en enero de 1811 los insurgentes fueron vencidos y desde entonces el ejército español  los persiguió hasta atrapar, encarcelar y ejecutar a sus líderes, cuyas cabezas fueron exhibidas públicamente como advertencia.

LA REVOLUCIÓN EN EL SUR

Mientras la insurrección era reprimida en el norte de México, en el sur otro sacerdote aliado de Hidalgo, José María Morelos, organizaba su ejército. Este combatió a los españoles durante cuatro años y conquistó gran parte del territorio del sur, donde abolió la esclavitud y liberó a los indígenas de pagar tributos. 

En 1813, Morelos convocó un congreso donde se firmó el acta de la independencia y se promulgó una constitución.

Sin embargo, el ejército realista español poco a poco fue desgastando la capacidad militar de los insurgentes, hasta derrotarlos y capturar a Morelos, que fue enjuiciado y fusilado en 1815. Aún así el ejército insurgente siguió combatiendo a los realistas, pero de manera aislada. Las tropas de Guadalupe Victoria en Veracruz y de Vicente Guerrero en el sur de México lograron resistir exitosamente.

EL IMPERIO

El militar realista Agustín Iturbide decidió acordar con el jefe de los insurgentes, Vicente Guerrero, un plan para independizar México, denominado Plan de Iguala, que establecía una monarquía constitucional en México. Para eso, había que nombrar a un emperador que gobernaría junto a un Congreso. Este sistema debía ofrecer garantías para los diferentes grupos de intereses mexicanos: la Iglesia católica, los realistas, el ejército de insurgentes, las comunidades aborígenes y los comerciantes y empresarios de la ciudad.

En 1821, el virrey de Nueva España firmó los Tratados de Córdoba con Iturbide, en los que se reconocía el Imperio Mexicano como una nación soberana e independiente. Iturbide fue nombrado presidente de la Junta de Gobierno y, en 1822, emperador Agustín I.

EL PLAN DE IGUALA

“Americanos: He aquí el establecimiento de la creación de un nuevo imperio. He aquí lo que ha jurado el ejército de las Tres Garantías, cuya voz lleva el que tiene el honor de dirigírnosla. He aquí el objeto parea cuya cooperación os invita. No os pide otra cosa que lo que vosotros mismos debéis  pedir y apetecer: unión, fraternidad, orden, quietud interior, vigilancia y horror a cualquier movimiento turbulento. Estos guerreros no quieren otra cosa que la felicidad común. (…)En el transporte de vuestro júbilo decid; ¡Viva la religión santa que profesamos! ¡Viva la América septentrional , independiente de todas las naciones del globo!. Viva la unión que hizo nuestra felicidad”

Plan de Iguala, 24 de febrero de 1821


LA REPÚBLICA

El gobierno de Agustín I se encontró con graves dificultades económicas debido a la destrucción del sistema de minería durante la guerra. La decisión imperial de subir los impuestos provocó la oposición de comerciantes y hacendados. Además muchos realistas reclamaban un emperador europeo, mientras que las clases medias y los militares pedían proclamar una república. Por último muchas provincias y regiones protestaban contra el centralismo del gobierno. Agustín I reacciónó ante la oposición disolviendo el Congreso.

En marzo de 1823, el general Antonio López de Santa Anna, con el apoyo del ejército y de la oposición, logró destituir a Agustín Iturbide. El Congreso fue reabierto, el Plan de Iguala fue anulado y se proclamó la República Mexicana, con una nueva constitución federal. La Constitución establecía la división del país en veinte estados autónomos con un distrito federal, la ciudad de México.


LA INDEPENDENCIA DE BRASIL

En Brasil, los distintos grupos se levantaron contra la dominación portuguesa. A pesar de que los levantamientos fueron reprimidos, Brasil logró independizarse en 1822 y establecer un Imperio.

LA CONSPIRACIÓN REPUBLICANA DE TIRADEN TES

En 1789, en la provincia brasileña de Minas Gerais se organizó una conspiración para independizar Brasil y establecer una república. El movimiento estaba integrado por miembros del clero y de la administración, así como también muchos productores mineros agobiados por los crecientes impuestos coloniales. Este movimiento fue liderado por un dentista y farmaceútico llamado Joaquim José da Silva Xavier, conocido con el apodo de ‘Tiradentes’. Además, contaba con el apoyo de la población y el posible apoyo de los Estados Unidos.

Sin embargo, el movimiento fue delatado por algunos portugueses y su líder, Tiradentes, fue encarcelado. Luego de un largo proceso, Tiradentes fue ejecutado en público. En 1807, ante la invasión napoleónica de Portugal, el príncipe Juan de Braganza, regente del  reino, decidió trasladar el gobierno portugués a su mayor posesión colonial: Brasil. La Corte se instaló en Río de Janeiro y Juan llevó adelante una política de expansión sobre el Río de la Plata, apertura comercial a Inglaterra y protección de los intereses portugueses ante los brasileños. En 1815 proclamó a Juan VI rey del Reino Unido de Portugal y Brasil, con capital en Río de Janeiro.

La preferencia del gobierno de Juan VI por los portugueses y por Río de Janeiro provocó un gran descontento entre los brasileños de los otros estados. En 1817, una rebelión antimonárquica tomó el poder en el estado de Pernambuco e instauró la República. Finalmente, la rebelión fue reprimida por las tropas portuguesas y la república fue derrocada.


LA INDEPENDENCIA Y EL IMPERIO

En 1820, se produjo la revolución constitucionalista en la ciudad portuguesa de Oporto. Juan VI aceptó la Constitución, retornó a Portugal para ocuparse del gobierno y dejó a su hijo, Pedro, como regente del Brasil. Esta circunstancia fue aprovechada por los hacendados brasileños y por los grupos independentistas para intentar independizar Brasil. En Bahía y Pernambuco se produjeron sangrientas rebeliones independentistas.

Pedro, cuyas tropas estaban integradas por brasileños, decidió atender la rebelión cediendo la autonomía a Río de Janeiro y Minas Gerais, las dos provincias leales. También se acercó a los grupos liberales José Bonifacio de Andrada e Silva. En septiembre de 1822, Pedro proclamó la independencia del Brasil y se coronó Emperador.

LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

La resistencia de las tropas portuguesas se concentró en el nordeste de Brasil, en especial en Bahía, territorio leal a Portugal.  El gobierno de Pedro no contaba con un ejército entrenado para enfrentarse a los portugueses. Por este motivo, se contrataron soldados franceses y al almirante inglés Thomas Cochrane. Además, las guerrillas brasileñas en el nordeste seguían resistiendo al ejército portugués.

La guerra  de la independencia brasileña fue menos violenta y movilizó a menos gente que las demás guerras hispanoamericanas de independencia . Si bien hubo enfrentamientos en Pirajá, Itaparica y Jenipapo, el ejército brasileño trataba de evitar el desplazamiento de grandes cantidades de soldados. Por el contrario, prefería bloquear puertos, combatir en batallas navales o contratar mercenarios. Los mercenarios eran soldados que por una determinada cantidad de dinero servían en la guerra a países extranjeros. 

Ante la falta de refuerzos enviados desde Portugal, los ejércitos portugueses en Brasil fueron debilitándose. En 1823, Cochrane ingresó la flota brasileña al puerto de Salvador de Bahía, controlado por portugueses, y arrestó a los funcionarios. La guerra de independencia había terminado.

LA CRISIS DEL IMPERIO Y LA REGENCIA

Aún luego de la independencia, muchas provincias del nordeste se negaban a reconocer a Pedro I. La Constitución que el Emperador había hecho aprobar era fuertemente centralista y monárquica, y dejaba a la mayoría de los brasileños  fuera de la participación política. Por otra parte, la política de conciliación de Pedro I respecto a Portugal incluía mantener a los oficiales portugueses en el ejército brasileño  e indemnizar a Portugal por la pérdida de Brasil, medidas que ofendían a muchos patriotas brasileños. Finalmente, la política de expansión de Brasil sobre el Río de la Plata había fracasado: luego de tres años de guerra con Buenos Aires por el control de la Banda Oriental, esta se independizó como Estado Oriental del Uruguay en 1828.

Debido al descontento social, en 1831, Pedro cedió el trono a su hijo, Pedro II, de apenas cinco años. Se formó el Consejo de Regencia que gobernaría hasta que el nuevo emperador fuera mayor de edad. Esta situación de regencia motivó a muchas provincias a rebelarse contra el gobierno central en Río de Janeiro, (como) Bahía o Pernambuco. Un conjunto de medidas liberales permitió contener a los insurrectos al ceder mayores poderes a los gobiernos provinciales”.

CONSIGNAS:

1-¿A que se llamo "Conspiración de Queretaro"?

2-¿Cual fue el rol de Jose Maria Morelos en la independencia mexicana?

3-¿Como y en que condiciones surge el.Plan de Iguala?

4-"La de Mexico fue una revolucion conservadora". V-F Fundamentar

5-¿quien fue Tiradentes?

6-¿Como afectaron las Guerras Napoleonicas a la situacion de Portugal y Brasil?

7-¿Como surgio el Imperio Brasileño?


domingo, 12 de marzo de 2023

INDEPENDENCIA DE LATINOAMÉRICA



CONDICIONES PREVIAS Y PRECURSORES

“La invasión napoleónica de 1808 fue más el pretexto que la causa de la independencia.  Los pobladores de la América Española habían empezado ya a enorgullecerse de sus respectivos países, a adquirir conciencia de sus propios intereses e identidad, y la convicción de que eran americanos y no españoles. El nuevo americanismo ejerció sobre sus mentes una influencia más poderosa que la de la Ilustración. Inspiró en sus discípulos no tanto una filosofía de la liberación como una actitud independiente hacia las instituciones y valores recibidos, una preferencia por la razón sobre la autoridad, por la experimentación sobre la tradición, ideas que eran agentes de reforma y no de destrucción y que no entraban necesariamente en conflicto con la lealtad monárquica. No obstante, un determinado número de americanos aspiraba a algo más que una simple reforma.

Francisco de Miranda (1750-1816), que había leído las obras de los filósofos franceses durante su servicio militar en España, transformó la ideología en revolución. Lo mismo hizo Simón Bolívar (1783-1830), cuya educación liberal, amplias lecturas y grandes viajes por toda Europa le abrieron la mente a nuevos horizontes, en especial al pensamiento francés y a la práctica política inglesa. Hombres como estos fueron los auténticos precursores de la independencia, aunque de hecho representasen sólo una pequeña minoría y fuesen probablemente por delante de la opinión pública.

La mayoría de los movimientos independentistas comenzó como la revuelta de una minoría contra otra todavía menor, una revuelta de criollos (españoles nacidos en América) contra peninsulares (españoles nacidos en España). Hacia 1800, de una población total de 16.9 millones en la América Española, 3.2 millones eran blancos, de los cuales sólo unos 30.000 eran peninsulares. Pero estas distinciones no tenían nada de nítido y tajante. La función de las elites coloniales como empresarios económicos que invertían en la agricultura, la minería y el comercio tendía a unir entre si a los grupos peninsulares y criollos en una única clase dominante blanca, que prefería integrarse en la burocracia imperial mediante matrimonios y uniones de intereses que enfrentarse a ella.

En México, los criollos se sintieron frustrados al descubrir que había un cierto límite a su influencia, pero eso no les convirtió necesariamente en partidarios de la independencia.

En Perú, a pesar de todos sus agravios, la élite criolla tardó mucho en convencerse de que la independencia favorecería sus intereses. 

En toda la América Española las guerras de independencia fueron en realidad guerra civiles entre los partidarios y adversarios de España, encontrándose criollos en ambos bandos. Sin embargo, la rivalidad entre criollos y peninsulares desempeñó un claro papel en las tensiones sociales de la época.

La aristocracia criolla estaba compuesta por un poderoso grupo de terratenientes, burócratas y concejales, que aprovecharon la expansión del comercio entre España y América durante la segunda mitad del siglo XVIII para incrementar sus exportaciones. Pero el crecimiento económico les favorecía y perjudicaba a la vez. Los comerciantes monopolistas españoles reforzaron su dominio sobre el comercio de importación-exportación; al mismo tiempo, un número cada vez mayor de inmigrantes españoles se trasladó a América y empezó a monopolizar el otro extremo de la actividad económica.

No cabe la menor duda de que el antagonismo entre terratenientes y comerciantes puede definirse como un antagonismo entre productores e intermediarios, y no necesariamente entre criollos y peninsulares. Pero no se puede negar que los comerciantes seguían dependiendo de España para mantener su monopolio. La guerra de España contra Gran Bretaña, iniciada en 1796 y que provocó bloqueos y escaseces, permitió a los comerciantes españoles exprimir todavía más a los productores criollos, pagándoles precios mínimos por sus exportaciones y exigiéndolos muy altos por las importaciones. Se opusieron ferozmente a cualquier quebrantamiento de su monopolio sobre el comercio colonial, tal como el comercio con países neutrales, y presionaron a España para que lo impidiese, ‘como si –se quejaron los productores venezolanos en 1798- nuestras leyes comerciales hubiesen sido dictadas únicamente en beneficio de la metrópoli’. En Buenos Aires, la propia comunidad de comerciantes se dividió entre peninsulares y criollos, ofreciendo estos últimos unos mejores precios a los agricultores y ganaderos locales, y exigiendo libertad de comercio con todos los países, movimiento que finalizó en 1809 con la apertura de Buenos Aires al comercio británico.

La nueva oleada de peninsulares, a partir de 1760, puso en peligro no solo las reservas políticas de los criollos, sino también su posición económica. La política de los últimos Borbones consistió en aumentar el poder de la Corona y en aplicar un mayor control imperial a América. Esto significaba invertir la tendencia que se había dado en la etapa anterior, reducir el número de criollos en los cargos públicos y devolver a los peninsulares la supremacía de los campos de la judicatura, la burocracia, la iglesia, y el ejército. 

En este sentido, durante las últimas décadas del Imperio se produjo una ‘reacción’ española y los criollos tuvieron que luchar por desempeñar cargos públicos, no solo como forma de ganarse la vida, sino también de controlar la política y de defender su posición tadicional.

Pero, si por un lado los criollos tenían que vigilar a sus señores, también tenían que vigilar a sus criados y sirvientes. Eran intensamente conscientes de las presiones sociales desde abajo, e intentaron mantener a raya a la gente de color. La división racial se veía complicada por intereses sociales, económicos y culturales, y la supremacía blanca no fue en ningún momento indiscutible; a las puertas de la ciudadela blanca pululaban verdaderos enjambres de indios, mestizos, negros libres y esclavos. En determinadas partes de la América Española la revuelta de los esclavos constituía una perspectiva tan pavorosa que los criollos se negaban a abandonar la protección del gobierno imperial o a desertar de las filas de los blancos dominantes, siendo ésta una de las razones por las que Cuba no abrazó en su momento la causa de la independencia. El aumento demográficos de las llamadas ‘castas’  o razas mixtas durante el siglo XVIII, junto con una movilidad social cada vez  mayor, alarmó a los blancos y engendró en ellos una nueva conciencia racial y la decisión de mantener a toda costa la discriminación. Este fenómeno resultó claramente visible en el Río de la Plata, Nueva Granada y Venezuela.

En otras partes de la América española la tensión racial adoptó la forma de una confrontación directa entre la elite blanca y las masas indias. Tras la gran rebelión de Tupac Amaru, los criollos del altiplano peruano se dieron cuenta de hasta qué punto desconfiaba de ellos, arrebatándoles su papel como fuerzas de seguridad y desmovilizando sus milicias. También en México la situación social era explosiva, y los blancos fueron en todo momento conscientes de la creciente indignación de indios y mestizos. La ira acumulada de las masas mexicanas explotó en 1810 en forma de una violenta revolución social que demostró a los criollos lo que siempre habían sospechado: que, en último extremo, ellos eran los guardianes del orden social y la herencia colonial.

Cuando la monarquía española se derrumbó en 1808, los criollos se dieron cuenta de que no podían permitir la existencia de ese vacío político; que sus vidas y propiedades quedaran sin protección. Tenían que hacer rápidamente algo para anticiparse a la rebelión popular, convencidos de que si no aprovechaban la oportunidad lo harían otras fuerzas mucho más peligrosas. Los criollos no empezaron abrazando necesariamente la causa de una independencia absoluta. La mayoría de los miembros de la elite criolla no quería nada más que una mayor autonomía dentro del sistema imperial español. Estaban dispuestos a negociar con España, pero la metrópoli prestó oídos sordos a sus requerimientos, y la elite criolla descubrió muy pronto que los liberales españoles eran igual de imperialistas que los absolutistas.

Los habitantes del Río de la Plata aprendieron la lección desde el primer momento; en Chile se vio reforzada por la experiencia de una dura contrarrevolución. Y allí donde ganaba la contrarrevolución, como ocurrió no sólo en Chile sino también en Venezuela y Nueva Granada, las propiedades de los disidentes criollos se veían amenazadas y toda la economía saqueada por el esfuerzo bélico de los monárquicos. Así pues, los criollos moderados se vieron obligados a unirse a los criollos revolucionarios, porque España no supo ofrecer ninguna alternativa al imperialismo y éste había demostrado ser demasiado costoso.” (1)


(1): Texto tomado de ENCICLOPEDIA DE LATINOAMERICA, Universidad de Cambridge, II, Historia, Debate, Barcelona, 1987, pags.65, 68 y 69


CONSIGNAS:

1- ¿Por qué se afirma en el texto que “la invasión napoleónica de 1808 fue mas el pretexto que la causa de la independencia”?

2- A-¿Qué papel se les asigna a Miranda y Bolívar?; b-PARA INVESTIGAR: Buscá breves biografías de ambos personajes.

3- Describí el perfil social y los conflictos que separaban a criollos y peninsulares a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX.

4- Explicá con tus propias palabras la frase: “Pero, si los criollos tenían que vigilar a sus señores, también tenían que vigilar a sus criados y sirvientes”

5- Explicá con tus propias palabras los últimos dos párrafos del texto.

6- A partir de todo lo anterior, hacé una lista de 6 o 7 conclusiones que pueden sacarse del texto (cada una de esas ideas no puede tener más de dos renglones).