viernes, 12 de junio de 2020

“PUEBLO”, GAUCHOS Y CAUDILLOS:

Gauchos


A)     LOS CAUDILLOS SEGÚN ALAIN ROUQUIE:

“En el siglo XIX el poder local, regional e incluso nacional de América Latina generalmente está en manos de sujetos todopoderosos. El caudillismo nace de la descomposición del Estado después de la caída de las autoridades coloniales […]Son señores de la guerra que en los turbulentos días posteriores a la independencia se tallan su feudo a punta de espada.
El vacío institucional y el desierto administrativo generan situaciones casi espontáneas de preponderancia y patrimonialismo […] La fuerza centrífuga del caudillismo lleva en sí el germen del desmembramiento del Estado, salvo que aparezca un caudillo unificador para imponer su ley, sea aplastando por las armas a los señores alborotadores sea asentando su proyecto centralista sobre una red de vasallos.
[…]los que se imponen son los más enérgicos, los más violentos conductores de hombres. La base de la estructura política son los vínculos personales, la lealtad a aquel que puede ofrecer una cierta medida de protección. Su clientela de allegados incluye a todos los que se deben su trabajo, dinero o simplemente un favor. Así se crea un vínculo de reciprocidad desigual entre el poderoso y sus dependientes. Estos dictadores de “carácter rupestre”, al decir de García Márquez, se mantienen en el poder mediante la combinación de astucia, violencia y corrupción. Al querer aplicar el sistema de la hacienda en un nivel nacional privatizan el poder político […] evoca un poder personal elevado a su máxima verdad, eficiencia y alcance. Debido a su permanencia e impunidad, estos tiranos rústicos suelen confundir la cosa pública con su propiedad y el tesoro público con sus arcas privadas”

Alain Rouquie: “Extremos Occidente. Introducción a la América Latina”

B)      LOS CAUDILLOS SEGÚN FÉLIX LUNA:

“Ellos hicieron efectiva la vigencia del principio igualitario y democrático contenido en la intención más genuina de la Revolución de Mayo. La equivalencia de un voto por una lanza puede parecer bárbara a nuestros ojos. Pero era la única posible en una sociedad que reconocía la igualdad de cada hombre con otro y no disponía de los medios para establecer el pacífico juego político de mayorías y minorías. “Naides más que naides”: la vieja consigna montonera traducía un sentimiento muy criollo en el reconocimiento de cada paisano. Y se enfrentaba a la antigua modalidad colonial –continuada por las minorías dirigentes porteñas- de atribuir la calidad de “pueblo” a “la parte más sana y principal de la población”.
El caudillo era el Gobernador. No ejercía solamente el poder ejecutivo. Era, a la vez, legislador y juez, además de jefe militar y dirigente político supremo. Y sobre todo, existía confianza, consenso en la representatividad del caudillo. Porque aquí radica la clave de su vigencia: el caudillo representaba real y verdaderamente a los suyos […]. En los caudillos-gobernadores la representatividad era la fuente más directa de legitimidad”

Félix Luna: “Los caudillos”

C)      UNITARIOS Y FEDERALES: ASPIRACIONES E IDEOLOGÍA

“Los unitarios representaban el ideal del progreso. Pero progreso al modo unitario era ligar estrechamente los intereses del país al capital extranjero y copiar sus formas e instituciones políticas y sociales. Estaban resueltos a destruir las formas semifeudales heredadas de la Colonia, pero fueron incapaces de dar bases ciertas y reales del nuevo orden que pretendieron instaurar.
La ideología unitaria era un visión fluctuante entre la realidad y la fantasía propia de un sector integrado por comerciantes, intelectuales y funcionarios. No había en ellos una relación directa con las fuerzas naturales, de ahí que sus vidas estuvieran condicionadas por una visión idealista, desprendida de la realidad. Su fe inquebrantable en los valores de la civilización europea los llevó a la creencia absoluta de la ley y la Constitución., convencidos de que el país podía gobernarse por un sistema de ideas generales. En el fondo, muchas de sus creencias eran abstracciones; por eso fueron despiadados con las tradiciones y las costumbres de los hombres concretos que formaban su pueblo. Teóricos en un país aislado por la distancia y la soledad, no pudieron comprender que sin la conformidad de los lejanos e incultos pueblos del interior no podía haber unidad, y no la hubo.
La democracia doctrinaria propiciada por los hombres de Buenos Aires, encontró su respuesta en otra forma política más en consonancia con la realidad de la vida rural argentina. La NACIÓN, tan pacientemente planeada por los unitario, no era para los FEDERALES más que una abstracción creada para servir los privilegios de sus autores. De ahí surge una tendencia enraizada en la tierra natal, hábilmente explotada por los caudillos para para asegurar sus supremacías. El criollaje del interior tiene su propia valoración de los hechos políticos: el federalismo los resumía. Sólo a través de él la desdibujada imagen de la nación cobraba forma. Para ellos, los cauces institucionales sólo podían conducirse a través del sistema federal. No se equivocaban: el ideal de la federación, en la manera y el sentir del paisano argentino, era mucho más que un recurso institucional, era la expresión del carácter nacional fundido con el modo de ver y sentir el país.
El enfrentamiento entre unitarios y federales encontró, en el Congreso de 1824, el campo propicio para la discusión pública. La incorporación de los teóricos del federalismo: Dorrego, Moreno, Ugarteche, Cavia, no pudo contrarrestar la habilidad y el innegable talento de los representantes unitarios: Agüero, Gómez, Castro, los Varela, Del Carril. Pero no es en el recinto legislativo donde los federales ganarían sus batallas. Hombres que no eran ni doctores ni militares de alta graduación, se encargarían de hacerlo a su modo. López, Bustos, Quiroga, Ibarra, Aldao, tenían la ventaja del contacto con el pueblo que representaban. Y aún desconociendo la esencia de las ideas políticas que decían defender, supieron expresar, a veces salvaje y anárquicamente, sus aspiraciones vernáculas.
La IDEA UNITARIA y el SENIMIENTO FEDERAL conformaron el basamento que dividió al país durante muchas décadas. Sin embargo, unos y otros tenían sus razones. Los dos juntos constituyeron la realidad del país”

Juan Antonio Bustinza: “Historia de las instituciones. Argentina y América”.

D)     LOS UNITARIOS VISTOS POR SARMIENTO:

“Me parece que entre cien argentinos reunidos yo diría: éste es unitario. El unitario tipo marcha derecho, la cabeza alta; no da vuelta, aunque sienta desplomarse un edificio; habla con arrogancia; completa la frase con gestos desdeñosos y ademanes concluyentes; tiene ideas fijas, invariables; y en la víspera de una batalla se ocupará todavía de discutir en toda forma un reglamento o de establecer una nueva formalidad legal; porque las fórmulas legales son el culto exterior que rinde a sus ídolos, la Constitución, las garantías individuales. Su religión es el porvenir de la República, cuya imagen colosal, indefinible, pero grandiosa y sublime, se le aparece a todas horas… y no le deja ocuparse de los hechos que presencia… Es imposible imaginar una generación más razonadora, más deductiva, más emprendedora, y que haya carecido en más alto grado de sentido práctico”.

Domingo Faustino Sarmiento, Obras Completas, edición de 1949, tomo VII


CONSIGNAS:


PARTE A:

Según Alain Rouquie:

1-      ¿Cómo y por qué surgieron los caudillos?

2-      ¿Cómo conseguían lealtades y establecían la base de su poder?

3-      ¿Por qué afirman que los caudillos “privatizaron el poder político”?

4-      La opinión del autor: ¿Destaca algún elemento positivo en los caudillos? ¿Cuál?


PARTE B:

Según Félix Luna

5-      Senalá qué aspectos positivos y negativos destaca el autor en referencia a los caudillos.

6-      Explicá la concepción de “pueblo” de los caudillos, y la que tenían las minorías dirigentes porteñas, y vinculalas a las concepciones de las dos fuerzas políticas del momento.

7-      ¿Cuál de las dos perspectivas, la de Rouquié o la de Luna, te parece más equilibrada?


PARTE C:

8-      ¿Qué proyecto tenían los unitarios y qué críticas hace el autor a ese proyecto?

9-      ¿Qué perspectiva tenían los federales?

10-   ¿Cuáles eran las virtudes y defectos de los federales?


PARTE D:

11-   ¿Cómo describe Sarmiento a los unitarios?

12-   La opinión de Sarmiento sobre los unitarios: ¿Es positiva o negativa?.  Fundamentá.

13-   Para quien hace política: ¿Es bueno o malo tener esas características?.


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