LA MUERTE DE DORREGO Y EL ASCENSO DE ROSAS
EL GOLPE DE ESTADO UNITARIO:
En junio de 1827, cuando estaba finalizando la guerra con el
Brasil por el dominio de la Banda Oriental, Bernardino Rivadavia renunció a la
Presidencia de la nación. No se designó un nuevo Presidente, y después de un
breve período de transición, el federal Manuel Dorrego fue elegido gobernador
de la Provincia de Buenos Aires por la Junta de Representantes. Se le otorgó
además el manejo de las relaciones exteriores del país, por lo que quedó a su
cargo la firma de un Tratado de Paz con el Brasil. No era una tarea fácil: la
renuncia de Rivadavia fue provocada justamente por el escándalo que generó un
preacuerdo de paz con el vecino país que entregaba el territorio oriental a los
brasileños.
Bernardino Rivadavia
El acuerdo al que finalmente se arribó estableció la
independencia de la Banda Oriental con el nombre de República Oriental del
Uruguay, resultado que era el buscado por la diplomacia inglesa, que no deseaba
que el Río de la Plata fuese dominado solamente por un país.
Una de las primeras medidas de Dorrego fue nombrar a un
prestigioso estanciero, Juan Manuel de Rosas, como comandante de las milicias
de la Provincia de Buenos Aires, con el encargo específico de ocuparse del
problema de la frontera con los indios.
En diciembre de 1828, el ejército que volvía de la campaña
con el Brasil derrocó al gobierno de Dorrego, y lo fusiló en forma sumaria en
la localidad de Navarro. Lavalle se propuso como gobernador ante un grupo de
partidarios, que lo eligieron por aclamación. Lavalle utilizó sus tropas para
reprimir sangrientamente a los partidarios de Dorrego en la provincia.
Manuel Dorrego y Juan Lavalle
Con parte del ejército el general José María Paz se dirigió
a su Córdoba natal y a través de una serie de golpes de Estado estableció
gobiernos unitarios en las provincias del centro, oeste y norte, con las que
organizó la Liga Unitaria del Interior.
En Buenos Aires, la muerte de Dorrego dejó como jefe del
partido federal a Rosas. Tras algunos meses de lucha, Rosas y Lavalle acordaron
nombrar a Juan José Viamonte como gobernador interino. Viamonte era un hombre
muy respetado, y si bien tenía buenas relaciones con Rosas no estaba
comprometido con ninguno de los partidos en pugna.
Finalmente, y tras muchas discusiones respecto a la
necesidad de convocar o no a nuevas elecciones, la Legislatura bonaerense,
integrada por diputados elegidos antes del golpe unitario, eligió a Rosas como
gobernador y le concedió en diciembre de 1829 Facultades Extraordinarias –es
decir, le otorgó, además de facultades ejecutivas, algunas atribuciones
judiciales y legislativas-.
PRIMER GOBIERNO DE ROSAS (1829-1832):
Juan Manuel de Rosas
En este primer gobierno Rosas gobernó con severidad pero sin
los excesos que caracterizaron su segundo gobierno.
Después de los graves desórdenes de 1828-29, que siguieron a
la ejecución de Dorrego, Rosas apareció como la figura capaz de garantizar el
orden en la provincia. Tenía 36 años y era el estanciero más rico de Buenos
Aires, lo que se sumaba a su enorme prestigio.
Rosas integró su gabinete con figuras muy conocidas en la
provincia, que pertenecían a distintos sectores políticos: Tomás Guido fue
nombrado Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, Manuel José García –que
había trabajado con Rivadavia- fue designado para la Cartera de Hacienda, y
Juan Ramón Balcarce se transformó en Ministro de Guerra.
Cuando Rosas asumió el gobierno, la situación económica de
Buenos Aires era mala debido a las consecuencias de la guerra con el Brasil y
de las guerras civiles, y empeoró a causa de una prolongada sequía. Sin
embargo, Rosas logró restablecer la situación financiera bonaerense, dejando la
impresión de un gobierno firme y efectivo.
Por otra parte, para vencer a la Liga Unitaria del Interior
presidida por José María Paz, Rosas impulsó una alianza ofensivo-defensiva con
Santa Fe y Entre Ríos –a la que finalmente se sumó Corrientes- conocida como
Liga Federal (1831). Esta Liga se organizó en las disposiciones del Pacto
Federal firmado ese mismo año, que dejó a Rosas a cargo de la representación
diplomática de todas las provincias frente a las potencias extranjeras.
EL PACTO FEDERAL DE 1831
Rosas extendió su poder e influencia a través de Pactos y
acuerdos, pero se negó a reunir un Congreso para dictar una Constitución. El
acuerdo más importante fue el Pacto Federal de 1831.
“El Pacto formula una alianza que se concibe a sí misma como
provisoria y que reconoce la libertad e independencia de cada una de las
provincias signatarias y delega en una Comisión Representativa de los Gobiernos
de las Provincias Litorales de la República Argentina la concertación de la paz
y la guerra y la organización de la fuerza militar necesaria en caso de guerra.
Es decir, las provincias signatarias se reservan para sí prácticamente todo el
ejercicio de la soberanía con muy escasa delegación de poderes […] El Pacto
Federal dio lugar a una tenue organización confederal […]” (1)
LA DERROTA DE LA LIGA UNITARIA:
El enfrentamiento entre las dos Ligas, que amenazaba ser
largo y difícil, cambió totalmente por una situación inesperada: tropas
santafesinas capturaron en El Tío al General Paz (10 de mayo de 1831), cuando
el cordobés se hallaba explorando la zona. El gobernador federal de Santa Fe,
Estanislao López, lo mantuvo prisionero hasta 1835, año en que lo entregó a Rosas
–finalmente Paz huiría de Buenos Aires en 1839-.
El bando unitario nunca se recuperó de este golpe. Paz era
no sólo el líder político sino la mejor carta militar que tenían. Su sucesor,
Gregorio Aráoz de Lamadrid, carecía de la capacidad de éste.
El caudillo federal riojano Facundo Quiroga venció a
Lamadrid en la localidad tucumana de La
Ciudadela (4 de noviembre de 1831), y la Liga Unitaria se derrumbó.
Con la captura de Paz y la derrota de Lamadrid las
provincias del Interior se sumaron a la Liga Federal. Se organizó entonces la
CONFEDERACIÓN ARGENTINA; en esta Confederación –que carecía de gobierno
central- cada provincia se manejaba de forma independiente pero delegaba en el
gobernador de Buenos Aires el manejo de las relaciones exteriores.
Los logros administrativos en la provincia y las victorias
frente a los unitarios incrementaron el prestigio de Rosas, pero en 1832,
cuando terminó su período de gobierno, Rosas no aceptó la reelección que le
ofrecía la Legislatura.
Rosas manifestó que tenía motivos particulares, pues le
interesaba realizar con sus gauchos una campaña al “desierto” para “pacificar”
la frontera con los indígenas. Sin embargo sus adversarios sostenían que Rosas
no aceptaba esta reelección porque la Legislatura no estaba dispuesta a
concederle nuevamente las Facultades Extraordinarias.
BALCARCE, VIAMONTE Y MAZA:
Lo sucedió en Buenos Aires otro federal, Juan Ramón
Balcarce, que era un adversario político de Rosas. El federalismo bonaerense
quedó claramente dividido en dos sectores: un sector moderado que apoyaba el
constitucionalismo (los llamados “lomos negros” o “doctrinarios”), y un sector
que respaldaba el otorgamiento de Facultades Extraordinarias a Juan Manuel de
Rosas, grupo que era conocido como los “Apostólicos”.
Finalmente en noviembre de 1833, cuando Rosas estaba
realizando la “Campaña al Desierto”, los Apostólicos, conducidos por doña
Encarnación Ezcurra (esposa de Rosas, muy activa políticamente), iniciaron la
“Revolución de los Restauradores”, y obligaron a Balcarce a renunciar. Esta
revolución fue apoyada por parte de las milicias, por los estancieros
partidarios del rosismo, y también por los gauchos y la gente de los arrabales
de la ciudad.
Luego de la renuncia de Balcarce, aunque la Legislatura
nombró gobernador interino a Juan José Viamonte, y luego a Manuel Vicente Maza,
el poder real quedó en manos de Rosas y sus partidarios.
LA CAMPAÑA AL DESIERTO DE ROSAS:
Paradójicamente, una de las pocas cosas que escribió Rosas es un diccionario de la lengua de los indígenas "pampas"
En estos años, la Provincia de Buenos Aires, la de San Luis
y la de Mendoza controlaban solo la parte norte de su actual territorio. En el
caso bonaerense el límite del territorio efecivamente controlado estaba cerca del Río Salado. Más al sur era
una zona de frontera, territorio indio a excepción de algunos poblados fortificados ubicados en la
costa, como “Fortaleza Argentina” (Bahía Blanca) y Carmen de Patagones, o Tandil en el interior.
Las relaciones con los indígenas muchas veces eran
violentas. Los habitantes originarios realizaban ataques que se llamaban
“malones”, llevándose vacas y cautivos. Los malones alcanzaban a veces la zona
sur de Córdoba y de Santa Fe.
La campaña al desierto de 1832 fue una operación militar
concertada por los gobiernos de todas estas provincias fronterizas con los
territorios indios. Hubo tres columnas, una de las cuales, la oriental, fue
comandada por el propio Rosas.
Las fuerzas de Rosas llegaron hasta el Río Negro, e
instalaron una guarnición en la isla Choele Choel de ese curso de agua.
Al concluir la campaña, el 25 de marzo de 1834, Rosas se
dirigió a sus tropas junto al arroyo Napostá, pronunciando estas palabras:
“¡Soldados de la patria! Hace doce meses que perdisteis de
vista vuestros hogares para internaros en las vastas pampas del sur. Habéis
operado sin cesar todo el invierno y terminado los trabajos de la campaña en
doce meses como os lo anuncié. Vuestras lanzas han destruido los indios del
desierto, castigando los crímenes y vengando los agravios de dos siglos.
Las bellas regiones que se extienden hasta la cordillera de
los Andes y las costas que se desenvuelven hasta el afamado Magallanes, quedan
abiertas para nuestros hijos. Habéis excedido las esperanzas de la patria.” (2)
Si bien la campaña fue bastante sangrienta, y se calcula que
los aborígenes sufrieron 3.200 muertes, no fue una campaña de exterminio: Rosas
había firmado acuerdos con algunas tribus mientras luchaba contra las otras.
Las relaciones de Rosas con esas tribus “amigas” se mantuvieron durante los
veinte años siguientes.
“Concluida la Campaña de Rosas al Desierto, éste firmó
tratados de paz con caciques hasta entonces secundarios, que se convirtieron en
útiles aliados. Al año siguiente se sumó el más importante de ellos, Calfucurá.
Hasta la caída de Rosas en 1852, no hubo malones en la Provincia de Buenos
Aires, Calfucurá daba aviso de los posibles ataques de los pequeños grupos
indígenas que no respondían a su mando y eran fácilmente contrarrestados.
Sirvió también para distribuir el alcohol y las mercaderías que les enviaba
Rosas, junto con vacunas para la viruela.
La campaña también incorporó científicos, entre ellos
Charles Darwin, que reunieron información sobre la zona recorrida, pero las
regiones desérticas quedaron en manos de los indígenas. Se aseguró una precaria
tranquilidad para los campos y pueblos ya formados y se logró un relativo
avance en el sudoeste de la provincia.” (2)
FUENTES:
(1): José Carlos Chiaramonte: “El federalismo argentino en
la primera mitad del siglo XIX”, en Marcelo Carmagnani (Coordinador)
“Federalismos latinoamericanos: México, Brasil, Argentina”, FCE, México, 1993.
(2): Wikipedia
CONSIGNAS:
1- ¿Cómo finalizaron los gobiernos de Rivadavia y Dorrego?
2- ¿Cómo llegó Rosas al poder?
3- ¿Qué características tuvo el primer gobierno de Rosas?
4- Resumí el conflicto entre las dos Ligas (Unitaria o del Interior, y Federal)
5- En un mapa de Argentina nro.3 pintá en dos colores distintos los territorios controlaba cada una de las ligas -hay dos en este trabajo que pueden servirte de modelo-
6- ¿Qué establecía el Pacto Federal de 1831?
7- ¿Qué rol jugó el rosismo en la etapa 1832-35?
8- Buscá breves biografías de:
A- Bernardino Rivadavia
B- Manuel Dorrego
C- Encarnación Ezcurra
CONSIGNAS:
1- ¿Cómo finalizaron los gobiernos de Rivadavia y Dorrego?
2- ¿Cómo llegó Rosas al poder?
3- ¿Qué características tuvo el primer gobierno de Rosas?
4- Resumí el conflicto entre las dos Ligas (Unitaria o del Interior, y Federal)
5- En un mapa de Argentina nro.3 pintá en dos colores distintos los territorios controlaba cada una de las ligas -hay dos en este trabajo que pueden servirte de modelo-
6- ¿Qué establecía el Pacto Federal de 1831?
7- ¿Qué rol jugó el rosismo en la etapa 1832-35?
8- Buscá breves biografías de:
A- Bernardino Rivadavia
B- Manuel Dorrego
C- Encarnación Ezcurra
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