martes, 16 de abril de 2024

REVOLUCIÓN RUSA Y ESTADO SOVIÉTICO:



REVOLUCIÓN RUSA

En Octubre de 1917 una Revolución hizo temblar el mundo: la Revolución Rusa. Como en su momento la Revolución Francesa, esta revolución se consideraba a sí misma un acontecimiento universal, destinado a llevar al primer plano la lucha del proletariado mundial contra la burguesía.

EL PRELUDIO DE LA REVOLUCIÓN:

Al iniciarse el siglo XX, las estructuras sociales, políticas y económicas del Imperio Ruso presentaban aún rasgos muy arcaicos. El Régimen político no se había modernizado, y el poder estaba en manos de un zar o emperador que gobernaba en forma autocrática, a la manera de los absolutismos del siglo XVII, apoyado por la burocracia, la nobleza y la iglesia. Prevalecía la economía rural, dominada por una minoritaria nobleza terrateniente. La escasa industrialización fue paliada por las inversiones que, desde fines del siglo XIX, las potencias imperialistas (es especial, Francia y Gran Bretaña) hicieron en los rubros más pujantes de la economía: hierro, carbón, acero y ferrocarriles. La actividad industrial se concentró en las ciudades de Moscú y San Petersburgo. Los trabajadores fabriles, junto con los campesinos (el 80% de la población), sufrían pésimas condiciones de vida.

Pese a la falta de libertades civiles, y a la censura, la cárcel y el exilio que sufrieron  los intelectuales opositores al zarismo, en el Imperio había florecido una tradición reformista que, junto con las primeras organizaciones obreras, dieron comienzo al proceso revolucionario.

EL PRIMER MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO estalló en 1905, cuando decenas de millares de obreros marcharon en reclamo de mejores condiciones de vida y de cambios políticos. Si bien el movimiento fue rápidamente sofocado, ante la gravedad de los acontecimientos el Zar Nicol{as II decidió la transformación de su gobierno autocrático en una monarquía parlamentaria, asegurando su intención de gobernar constitucionalmente junto con la DUMA (el Parlamento). El experimento resultó un fracaso ya que, en la práctica, el Zar continuó gobernando de manera abosluta. Hacia 1917, las huelgas y manifestaciones se habían multiplicado, agravadas por la participación de Rusia en la guerra.

Desde el punto de vista económico, la guerra obligó al gobierno a tomar drásticas medidas, conocidas como “comunismo de guerra”.

LAS DOS REVOLUCIONES DE 1917

Las derrotas sufridas por las tropas rusas durante la Primera Guerra Mundial crearon las condiciones, en febrero de 1917, para una huelga general y una insurrección de obreros y soldados que se organizaron en comités o SOVIETS.  En medio del clima de desintegración general, la Duma formó un GOBIERNO PROVISIONAL, liderado por el general  Alejandro KERENSKI. Pocos días después, el Zar Nicolás II abdicó, y el Imperio Ruso se desmoronó. El Gobierno Provisional, que representaba a los sectores de la burguesía liberal favorable al establecimiento de una república parlamentaria, se mostró débil e impotente frente al poder que iban adquiriendo los soviets y el principal partido de la oposición, el PARTIDO OBRERO SOCIALDEMÓCRATA, que estaba en la línea de los partidos socialistas europeos seguidores de la teoría de Marx. Este partido estaba dividido en dos sectores: los MENCHEVIQUES, partidarios de reformas más moderadas, y los BOLCHEVIQUES, que liderados por Vladimir IlichUlianov – LENIN-, constituían la facción más intransigente.

En octubre de 1917, los bolcheviques se pronunciaron por la insurrección armada y tomaron el poder.

Una de las primeras medidas del gobierno revolucionario encabezado por Lenin fue retirarse de la guerra y, en marzo de 1918, firmar con Alemania el TRATADO DE BREST-LITOWSK. Por este tratado, Rusia aceptaba la pérdida de extensas regiones de gran importancia económica –que pasaron a integrar los estados independientes de Finlandia, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia-, pero se imponía la convicción de Lenin de que la paz, por gravosa que fuera, era imprescindible para la supervivencia de la Revolución.

El nuevo gobierno también decidió la expropiación de tierras a los grandes terratenientes y su reparto entre los campesinos. Además, en esta primera etapa se abolió la monarquía y se adoptó una constitución provisional que definió al país como República Federal Socialista y Soviética Rusa, bajo el régimen de la DICTADURA DEL PROLETARIADO. Con respecto a las diversas naciones que el viejo imperio de los zares había englobado dentro de su territorio, se declaró su derecho a la autodeterminación –es decir, que a partir de ese momento cada una sería libre de disponer de su destino (incluso de separarse de Rusia)-y que, a partir de ese momento, serían libres e iguales. Los bolcheviques también establecieron una separación entre la Iglesia y el Estado, y la igualdad jurídica entre el hombre y la mujer. Inmediatamente después, la industria pesada, la banca y el comercio exterior pasaron a ser propiedad del Estado con control de los trabajadores.

LOS AÑOS DE LA GUERRA CIVIL:

Apenas terminada la guerra con Alemania, se desató en Rusia una guerra civil (1918-20) en la que se enfrentaron el EJÉRCITO ROJO –los revolucionarios liderados por León TROTSKY- y los EJÉRCITOS BLANCOS –contrarrevolucionarios, partidarios del antiguo régimen zarista, defensores del Gobierno Provisional y disidentes de la Revolución de Octubre-. Los ejércitos blancoa contaban con loa ayuda de algunas potencias extranjeras –Inglaterra,  Francia, los Estados Unidos y Japón-, que no veían con buenos ojos el régimen bolchevique.  La antipatía internacional ante el gobierno revolucionario se agudizó cuando este decidió desconocer las deudas contraídas por el régimen zarista.

EL ESTADO SOCIALISTA SOVIÉTICO Y EL PROCESO DE BUROCRATIZACIÓN:

Superada la guerra civil luego del triunfo del Ejército Rojo, se consolidó la hegemonía de los bolcheviques, que desde 1918 habían tomado el nombre de PARTIDO COMUNISTA. También se estableció el unipartidismo: el único partido legalmente reconocido era el Comunista, que tenía, por lo tanto, el monopolio del poder. En 1922 se fundó la Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), con una estructura federal que contemplaba el autogobierno de las repúblicas que integraban el país, aunque en la práctica se mantuvo el predominio de Moscú. Este sometimiento a Moscú se logró a través de la captación de las elites locales.

La nueva república estaba en bancarrota por la guerra, y el hambre asolaba a sus habitantes. Los obreros, que habían sido los protagonistas de la revolución de octubre de 1917, habían desaparecido físicamente o políticamente. Es a partir de este vacío que podemos situar el proceso de BUROCRATIZACIÓN DEL RÉGIMEN SOVIÉTICO, cuya revolución había sido hecha en nombre de la clase obrera que ya casi no existía. El Partido Comunista consideraba que su deber era educar  y guiar a los trabajadores para que, organizados como clase obrera, se adueñaran del poder. Entretanto, la conducción del Estado soviético estaría integrada por una elite integrada por los dirigentes del Partido. Progresivamente, estos dirigentes se fueron desconectando  de sus bases para formar una burocracia.

Luego de la muerte de Lenin en  1924 se desataron grandes debates y luchas sobre la sucesión de Lenin y el futuro de la Revolución. Finalmente sobresalieron dos líneas: la de LEÓN TROTSKY, organizador del Ejército Rojo y partidario de profundizar la Revolución y extenderla a otros países, y la de JOSEF STALIN, cuyo objetivo era consolidar la revolución en la URSS (socialismo en un solo país), dejando para un futuro indeterminado y lejano la exportación de la revolución. En 1922 Stalin fue nombrado Secretario General del Partido Comunista. Desde ese cargo burocrático, Stalin fue desplazando a otros líderes revolución , entre ellos a Trotsky, y desde 1929 hasta su muerte, en 1853, permaneció al frente de la URSS.

El estilo político de Stalin se caracterizó por un rígido autoritarismo que excluía cualquier disidencia. Incluso en el interior del Partido Comunista., al que controló con mano férrea. La expulsión, la cárcel y el asesinato fueron las armas políticas utilizadas por Stalin paradeshacerse de todo aquel que no le profesara un apoyo incondicional, ya que pensaba que cualquier oposición pondría en peligro al socialismo. Esta política de terror alcanzó su punto más virulento entre 1936 y 1938, cuando se llevaron a cabo las denominadas PURGAS, persecuciones políticas durante las cuales fueron eliminados muchos dirigentes y participantes de la Revolución de 1917, acusados de espías y traidores a la misma. Ni siquiera el exilio era garantía para salvar la vida, como lo prueba el caso de Trotsky, asesinado en México en 1940 por orden de Stalin. Nacida bajo las banderas de una sociedad justa e igualitaria, la Revolución Rusa desembocó así en el régimen estalinista, erigido sobre prácticas e ideas ajenas al socialismo de Marx o a los ideales revolucionarios de 1917, como el nacionalismo, el autoritarismo y el  culto a la persona.

En el plano económico, bajo el régimen comunista la URSS pasó a convertirse de un país que figuraba entre los más atrasados del mundo en una potencia mundial.

En 1945, al finalizar la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, un tercio de la humanidad vivía bajo regímenes comunistas.

Hasta su desaparición a principios de la década de 1990, el comunismo soviético se erigió en el sistema alternativo al capitalismo. 



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