Un pequeño reino situado en una lluviosa isla del Atlántico llegó a dominar el mundo y a convertirse en el Imperio más extenso de la Historia de la Humanidad. Pero ¿por qué se desmoronó? Al principio, se hizo fuerte con la ayuda de piratas autorizados por la corona para saquear y robar al resto de las potencias europeas. Además, los monarcas de Inglaterra dieron a "compañías privilegiadas" el monopolio del comercio en muchas regiones del mundo.
La más poderosa de todas fue la Compañía de las Indias Orientales: ninguna otra empresa privada de la Historia ha tenido nunca tanto poder. Pero a pesar de su dominio y sus riquezas, cuando el Imperio Británico salió de sus colonias dejaba más dolor que progreso.
Casi un siglo después, ya lejos de los británicos, muchas de las fronteras que trazaron siguen siendo motivo de conflictos. No obstante, ellos también condicionaron nuestros sistemas políticos: la promoción de los ideales del parlamentarismo por los cinco continentes y la expansión del inglés como lengua franca por excelencia en cualquier rincón del planeta, forman parte del legado de un Imperio que ha configurado el mundo como casi ningún otro.
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